Panama, 02 enero (Telesur).- El presidente panameño, Ricardo Martinelli, informó este jueves que viajará a España e Italia para exigir a esos gobiernos que se cumpla con la ampliación del canal, luego de que este jueves el consorcio encargado de las obras de ampliación amenazó con suspender sus trabajos.

Martinelli acusó la irresponsabilidad de las empresas de esos países encargadas de la obra.

"Voy a ir a España e Italia a exigirle a estos Gobiernos responsabilidad moral por lo actuado, porque no puede ser que una empresa meta una cantidad enorme de sobrecostos en una obra de ampliación", declaró Martinelli luego de que el consorcio italo-español amenazó con suspender las obras de ampliación.

"Cuando ellos licitaron pusieron un precio y ahora van a venir con el cuentito de que están subiendo los precios", dijo Martinelli, pero no precisó la fecha de su viaje.

El consorcio encargado de la ampliación del canal de Panamá, liderado por la constructora española Sacyr, amenazó este jueves con interrumpir sus trabajos si las autoridades gestoras del canal no acceden a un pago suplementario de 1.600 millones de dólares en un plazo de 21 días.

Sacyr, que dirige el consorcio internacional Grupo Unidos por el Canal (GUPC), señaló a través de un comunicado enviado a la española Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que "procederá a la suspensión de los trabajos si los incumplimientos denunciados no son remediados dentro del periodo de preaviso (21 días)".

El miércoles, el administrador del canal, Jorge Quijano, señaló que las presiones del GUPC tienen el propósito de forzarnos a negociar fuera de los términos establecidos en el contrato".

Los trabajos, que tienen un costo total de 5.200 millones dólares, de los cuales 3.200 van para GUPC, comenzaron en 2009 y está previsto que terminen en octubre de 2014, sin embargo llevan un retraso de nueve meses.

Sacyr denuncia "incumplimientos graves" en el contrato por parte de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), y cifra el importe global de las reclamaciones en 1.625 millones de dólares. "Son costes imprevistos, muchos y de diferentes clases en una obra de tal magnitud", dijo un portavoz de Sacyr.

"Hablamos de temas técnicos, de compuesto de hormigón, de tecnicismos, geológicos, impuestos, tasas, de temas laborales y climatológicos", añadió el funcionario. No obstante la constructora quiere buscar una solución. "Tenemos toda la voluntad de alcanzar un acuerdo justo que permita que la obra siga su curso con el menor coste posible" y en el menor plazo posible.

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