Felicito el año nuevo a todos los asturianos. A los que viven en nuestra tierra y a quienes residen fuera, en ultramar, en Europa, en cualquier parte del mundo.
Les felicito con el deseo de que 2014 sea un año mejor en todos los aspectos de su vida, de que vean cumplidos sus anhelos y sus aspiraciones. También con la voluntad de continuar trabajando por el bien de Asturias. Ésa es mi obligación, mi compromiso y quiero ratificarlo en este breve mensaje. En la travesía de 2013 hemos afrontado problemas serios. Algunos los hemos podido resolver. Otros, como el alto número de parados sigue siendo una realidad dramática. Por ellos, por los más de 103.000 desempleados que sufren esa situación, por ellos y por sus familias hemos de esforzarnos los asturianos todos y cada uno de los días del nuevo año.
No podemos resignarnos a convivir con esta realidad. Hay cuestiones con las que debemos ser intolerantes y combativos, porque en ellas nos jugamos nuestra dignidad, el valor y el coraje social que los asturianos hemos demostrado en muchas ocasiones. Repito: no nos resignemos a convivir con semejantes niveles de paro y desigualdad. Como presidente del Gobierno del Principado afirmo que este objetivo nos concierne a todos. Desde luego, el Gobierno de Asturias lo asume como un mandato del que no puede desentenderse ni un solo día. Nuestra prioridad, el gran norte de mi Ejecutivo, tiene que ser forzosamente la reactivación económica y la reducción del desempleo. Con más o menos recursos, no vamos a cambiar de rumbo.
El diálogo y la búsqueda de acuerdos han sido siempre nuestras herramientas de trabajo desde el primer minuto del mandato. Son palancas que a veces fallan, pero que no se desgastan ni se oxidan. Asturias necesita un gran esfuerzo colectivo para superar la recesión, dejarla atrás, recuperar la prosperidad y continuar siendo una sociedad solidaria, trabada con buenos servicios públicos, guiada por un afán de excelencia. Dudo sinceramente que haya algún asturiano que no se sienta identificado con estas metas. Por eso, y por más que surjan contratiempos en el camino, jamás renunciaremos al diálogo.
España vive momentos difíciles. No sólo económicos, sino también políticos. Me refiero al desafío independentista lanzado por el gobierno catalán. Los asturianos tenemos autoridad moral para hablar de este asunto, porque nuestra fortísima conciencia de identidad no se construye contra otras realidades culturales, no precisamos grandes maquillajes de la historia ni operaciones de mistificación para descubrirnos a nosotros mismos. Pero, sobre todo, hoy somos una comunidad autónoma dentro de la España constitucional. No podemos desentendernos de decisiones que nos afectan porque eso sería una omisión inaceptable respecto a nosotros mismos.
Si hablaba antes del diálogo y la búsqueda de acuerdos como herramientas apropiadas para trabajar por el bien de Asturias, también las considero idóneas a escala nacional. Pero, tanto en uno como en otro caso, con pleno respeto a las reglas democráticas que nos hemos otorgado y con la que hemos construido la mejor España de nuestra historia a lo largo de 35 años de convivencia constitucional. No tengamos miedo a los cambios, pero no temamos tampoco ejercer nuestros derechos, porque son los derechos democráticos de una sociedad de mujeres y hombres libres. Nada de lo que suceda en España nos es ajeno. Las decisiones que repercuten en nuestra Constitución y nuestra forma de vida tienen que contar con nosotros.
2014 puede ser mucho mejor si trabajamos juntos, conscientes de la relevancia de los días que vivimos y con la altura de miras que las circunstancias exigen. Esos son los objetivos que me ofrezco a compartir con todos. Porque hoy, como hace un año, como toda mi vida, pienso que merece la pena luchar por una Asturias mejor.
Feliz año a todos.