Ecos de la Fiesta de la Familia

Ecos de la Fiesta de la Familia

 

Madrid/Por Tete González/ Enviado especial.-La fiesta de la Sagrada Familia ya había comenzado el viernes 27 con varios actos religiosos  y finalizó ayer Domingo con la celebración de la Eucaristia y el envio de 100 familias  para la “Nueva Evangelización”.

Con unas medidas de seguridad casi extremas, donde los medios de comunicación tuvimos algún que otro problema para realizar nuestro trabajo, los temores a un altercado por parte de algún grupo radical hicieron que los voluntarios que este año participaron hiciesen más de vigilante y guardianes que la propia Policia Nacional que amablemente nos custodiaba, con todo ello “Asturias mundial” no podía dejar de estar presente en un acto donde cientos de asturianos participaron .

 


Desde las 10.00 de la mañana, la plaza de Colón de Madrid comenzó a llenarse de familias para celebrar la fiesta de la Sagrada Familia, multitud de asturianos habían viajado toda la noche para estar presentes en varios autobuses, otros ya estaban esperando desde hace dias participando de los actos previos.

 A las 10.30 de la mañana el iniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Arguello habló mientras la plaza se seguía llenando-menos que otros años- sobre la misión que tienen estas familias para el mundo. “La familia se está destruyendo, la gente vive sola y las familias se descomponen, si destruimos la familia, destruimos la sociedad. La familia cristiana está viva y Dios la cuida y no la abandona”. “Donde exista el perdón y donde y no haya divorcios, morir al otro ,aunque sea tu enemigo , si no hay fe, los matrimonios se destruyen”.

“Estas familias se van a paises donde no saben el idioma, pero serán un ejemplo cristiano para que los alejados se conviertan la familia cristiana es indisoluble, hay que mostrar esta maravilla, que Jesucristo nos invita a participar de su Resurrección, mostrar al mundo que habéis vencido a la muerte”, continuaba diciendo donde iban a ser enviadas casi 100 familias entre los que había 255 niños o jovenes

“La verdad del mundo es Cristo crucificado,¡Cristo es Dios!,” afirmaba con rotundidad y seguridad. “Nosotros no somos un club de golf, somos el cuerpo de Cristo resucitado” y reivindicó que quiere que se forme realmente en las parroquias en la verdad del Evangelio “es necesario pasar de una pastoral de conservación a una eminentemente misionera”,el tiempo apremiaba ya que detrás de su acto venía una mañana cargada y finalizó sus palabras con el primer villancico que compuso cuando comenzó en las barracas con los gitanos.

A continuación de la intervención de Arguello, varios testimonios de familias de distintas diócesis hablaron de su experiencia como cristianos, la apertura a la vida, el matrimonio, la transmisión de la fe a los hijos, el noviazgo cristiano, con la proyección de un video en el que se mostraban a varias familias que ya habían sido enviadas a la misión años atrás a diferentes puntos del mundo(Asia,Centroeuropa…)

 


Llegadas las 12 de la mañana y tras la procesión y subida al altar de cientos de sacerdotes y Obispos entre los que se encontraba el Sr.Arzobispo de la Diócesis de Oviedo D.Jesús Sanz Montes, se estableció conexión con el Vaticano para escuchar al Papa Francisco, cuyas palabras trancribimos en su totalidad:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En este primer domingo después de Navidad, la liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. De hecho, cada pesebre nos muestra a Jesús junto a la Virgen y San José en la gruta de Belén. Dios ha querido nacer en una familia humana, ha querido tener una madre y un padre como nosotros.
El Evangelio de hoy nos presenta a la Santa Familia en la vía dolorosa del exilio, buscando refugio en Egipto. José, María y Jesús experimentan la condición dramática de los refugiados, marcada por el miedo, la incertidumbre, la incomodidad.
Por desgracia, en nuestros días, millones de familias pueden identificarse con esta triste realidad. Casi todos los días la televisión y los periódicos dan noticias de los refugiados que huyen del hambre, la guerra y otros graves peligros en busca de seguridad y una vida digna para ellos y sus familias. En tierras lejanas, incluso cuando encuentran trabajo, los refugiados y los inmigrantes no siempre encuentran una acogida verdadera, el respeto, el aprecio de los valores que llevan. Sus expectativas legítimas chocan con situaciones complejas y problemas que parecen insuperables a veces. Por lo tanto, mientras fijamos la mirada sobre la Santa Familia de Nazaret, cuando se ve obligada a convertirse en prófuga, pensemos en el drama de los inmigrantes y refugiados que son víctimas del rechazo y la explotación, que son víctimas de la trata de personas y del trabajo esclavo. Pero también pensemos en los "exiliados", yo los llamaría "exiliados escondidos", aquellos “exiliados” que puedan existir dentro de las propias familias: los ancianos, por ejemplo, que a veces son tratados como un estorbo. Muchas veces pienso que un signo para saber cómo van las cosas en una familia es ver cómo son tratados los niños y los ancianos.
Jesús ha querido pertenecer a una familia que ha experimentado este tipo de dificultades, para que nadie se sienta excluido de la cercanía amorosa de Dios. La huida a Egipto a causa de las amenazas de Herodes nos muestra que Dios está allí donde el hombre se encuentra en peligro, donde el hombre sufre, donde se escapa, donde experimenta el rechazo y el abandono; pero también está donde el hombre sueña, espera regresar a su patria en libertad, proyecta y elige a favor de la vida y la dignidad de sí mismo y de sus familiares. Hoy nuestra mirada sobre la Santa Familia se deja atraer también por la simplicidad de la vida que esta lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace tanto bien a nuestras familias, ayudándoles a convertirse cada vez más en comunidades de amor y de reconciliación, en las que se experimenta la ternura, la ayuda mutua, el perdón mutuo.
Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegría en la familia: “permiso”, “gracias”, “perdón”. Cuando en una familia no se es entrometido, cuando en una familia no se es entrometido y se pide permiso, cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a decir gracias, gracias, y cuando en una familia uno se da cuenta de que ha hecho algo malo y sabe pedir perdón, ¡en esa familia hay paz y hay alegría!
Recordemos estas tres palabras. Pero podemos repetirlas todos juntos. Permiso, gracias, perdón. Todos: Permiso, gracias, perdón.
Pero también quisiera animar a las familias a tomar conciencia de la importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad. El anuncio del Evangelio, de hecho, pasa sobre todo a través de las familias, para luego llegar a los diferentes ámbitos de la vida diaria.
Invoquemos con fervor a María Santísima, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y a San José, su esposo. Pidámosles que iluminen, conforten y guíen a todas las familias del mundo, para que pueda cumplir con dignidad y serenidad la misión que Dios les ha confiado .
Al término de estas palabras, el santo padre rezó la oración del ángelus. Y al concluir la plegaria prosiguió:
Queridos hermanos y hermanas,
en el próximo Sínodo de los Obispos se abordará el tema de la familia, y la fase de preparación ya ha iniciado desde hace tiempo. Por eso hoy, fiesta de la Santa Familia, deseo confiar a Jesús, María y José este trabajo sinodal, rezando por las familias de todo el mundo. Os invito a uniros espiritualmente a mí en la oración que ahora recito:
Jesús, María y José,
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de obstinación y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.

Amén.

 


A continuación dio comienzo la Eucaristía presidida por el Cardenal de Madrid Antonio María Rouco que tras las lecturas dijo:

 Hoy, es día para anunciar de nuevo al mundo el Evangelio de la alegría: ¡la alegría del Evangelio de la Familia! La alegría del amor que ha madurado en la fidelidad del esposo a la esposa y de la esposa al esposo”, comenzó.

“La alegría del amor matrimonial entre el esposo y la esposa llega a su máxima expresión cuando fructifica en el esplendor de los hijos”

“Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa” ¡Sí, hoy es el día para proclamar y testimoniar con gozo la alegría de la Familia como lugar privilegiado para el anuncio del Evangelio a todas las naciones!”, haciendo alusión a las lecturas del dia de hoy.

Porque “con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” nos dice.

“Habéis venido unidas, unidas en el interior de vosotras mismas por los lazos de un amor que es respeto, aprecio, cariño, entrega, donación mutua que no pide ni exige precio alguno, salvo el del amor. Unidas entre vosotras en la Comunión de la Iglesia, para atestiguar públicamente ante el mundo y ante los hombres de nuestro tiempo que la familia, vivida a la luz de una fe amiga de la razón, en la esperanza y en el amor de Jesucristo es la fuente de la primera y fundamental alegría: la alegría de la vida nueva que nace natural y sobrenaturalmente porque se fundamenta y enraíza en la gracia de Dios”.
 

“El autor del Libro del Eclesiástico acaba de recordarnos la antigua y siempre nueva “regla” del mandamiento de Dios para poder vivir el bien, el gozo y la paz de la familia: “Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respecta a su madre acumula tesoros Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras viva” . Se trata de “una regla” ¡“regla divina”! que se puede cumplir; más aún, que se debe de observar cuidadosamente”.

“¡En la familia cristiana, y en virtud de su dinamismo interior, no resulta ninguna utopía el poder vivir como “elegidos de Dios, santos y amados” vestidos “de la misericordia entrañable, bondad, humildad, comprensión”, sabiéndose sobrellevar mutualmente y perdonándose “cuando alguno tenga quejas con otro”

“Como dice San Pablo en la Carta a los Colosenses. Con su clave última de comprensión: “Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada”.

“Donde se inician y se dan los primeros y decisivos pasos del itinerario de ese amor humano fiel y fecundo sin el cual el nacimiento y el crecimiento de la sociedad y de toda la humanidad en justicia, solidaridad y en paz se hace inviable y sin el cual la misma Iglesia no logrará edificarse y consolidarse, afirmamos que la familia es la célula básica o primaria de la sociedad y de la comunidad”.

 “Dar testimonio del Evangelio de la alegría con obras y palabras en nuestro tiempo es tarea y urgencia primordial de la familia cristiana”.

“Son muchos los tristes y doloridos que encontramos a nuestro alrededor. ¿Estaremos presenciando y viviendo un nuevo predominio social de la cultura de la tristeza? Nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nos pone en alerta al inicio de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium ante la inminencia de ese peligro: “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada” . No hay otro lugar de la experiencia y de la existencia humana donde se puede encontrar quien pueda consolar, aliviar, ayudar eficazmente y alentar animosamente a los enfermos crónicos, a los terminales, a los que han perdido el puesto de trabajo, a los desocupados sin expectativas de empleo en tiempo previsible, a los jóvenes que han embarrancado sus vidas en el alcohol, en la droga, en el sexo salvaje que no sea en el ambiente cercano, acogedor, tierno y comprensivo de la familia”.

“¡No! No se ha hecho imposible el modelo de la familia cristiana. Esa luz y esa fuerza de la gracia de una madura fe cristiana la hace invencible y capaz de sobreponerse y superar cualquier desafío del Maligno y cualquier debilidad nacida del pecado”.

“El Santo Padre, el Papa Francisco, actualiza esta verdad con clara concisión en su Mensaje para el día de la paz del inminente Año Nuevo 2014: “La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor” .
     “Queridas Familias Cristianas: no tengáis miedo de seguir manteniendo abierto lo más íntimo de vuestros hogares al don precioso del Evangelio de la Sagrada Familia, al amor de María y José”, no dejaba de darles ánimos en esta difícil misión.

“¡Que ese amor de María y José aliente, sostenga y santifique vuestro amor de esposos y de padres de familia, sellado sacramentalmente el día en que habéis contraído santo matrimonio ante Dios y ante la Iglesia”.

“No estáis solos,¡La oración de innumerables almas consagradas a la plegaria y a la oblación de sus vidas por la Iglesia os acompaña! Vuestros Pastores y las comunidades eclesiales, a las que pertenecéis, quieren estar y están a vuestro lado con su oración, con su cercanía y amor fraterno: en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de vuestra vida”.
   “La Iglesia y el mundo de nuestros días os necesitan como muy pocas veces ha sucedido en el pasado para llevar el Evangelio al corazón del hombre y de la cultura contemporáneas. Habéis recibido de Dios un don precioso de incalculable valor: el de la fe y el de ser familia cristiana. “Redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” . ¡Comunicadla y transmitidla en familia y familiarmente a todas las personas y a todas las familias vecinas y lejanas, incluso más allá de vuestras fronteras. ¡Sed familias misioneras!”

Aprovechando la frase del Papa Francisco:”¡Conservar la fe en familia y poner la sal y la levadura de la fe en las cosas de todos los días!”. Continuó invitando a las familias y alentandolas.

 

 

“Al finalizar la Liturgia de la Palabra procederemos al envío de más de un centenar de familias cristianas dispuestas a ser misioneras del Evangelio de la Familia a dondequiera que la Iglesia se proponga enviarlas, sea a países descristianizados del viejo mundo, sea a países nuevos de “misión ad gentes”.

“¡Sembradores a manos llenas del gozo del Evangelio! ¡De la alegría del Evangelio de la familia cristiana!”
        “Los encomendamos al cuidado maternal de la Santísima Virgen,  a la protección paternal de San José y a la gracia y a la ternura divina del Niño Jesús. Les ofrecemos todo nuestro afecto y nuestro cariño de hermanos, todo nuestro apoyo público y privado y, muy especialmente, nuestra oración. ¡Contad con la oración de la Iglesia!”
 
Tras la homilia se hizo el envio de las casi 100 familias cuyo destino se confirmará en el mes de marzo a los diferentes paises del mundo donde les pueda tocar.

Otro año más la fiesta de las familias tuvo su finalización con un villancico dedicado a la Virgen Maria y una invitación por parte del Cardenal de Madrid a los niños para que sigan a Cristo al igual que lo siguieron los reyes magos que están a punto de llegar en unos dias.

 



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