Oviedo (E.P.) .-El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), ha expresado este jueves su oposición ante la posibilidad de que la osa Molinera, en cautividad por unas heridas desde hace meses, sea trasladada al cercado de Santo Adriano. En su opinión "es una medida inadmisible porque supone condenar de por vida a otra osa a una cautividad permanente, cuando aún existen posibilidades de que con su reintegración a la naturaleza se afiance aún más la recuperación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica".

   En nota de prensa, el Fapas ha incidido en que la Administración "no ha hecho todos los esfuerzos necesarios" para que la osezna pudiera ser reintegrada a su medio natural. Reconociendo que la recuperación de un animal herido, que en el caso del oso supondría su devolución al medio natural es una tarea compleja, el Fapas se ha opuesto en la reunión de esta mañana, celebrada en la consejería de Agroganadería, a que la osezna Molinera, una vez recapturada, sea trasladada a Santo Adriano, donde habitan también los osos Paca, Tola y Furaco.

   Como alternativa a esta medida, el Fapas ha planteado que la osezna fuera liberada en un territorio menos humanizado, acompañada de un refuerzo alimenticio en la zona de suelta.

   Ante la negativa de la Consejería a esta medida, para Fapas "resulta evidente que tiene prisa por conseguir un nuevo ejemplar de oso cantábrico que alimente el circo en el que se han convertido las instalaciones de Santo Adriano".

   Además, el Fapas solicitará de la Consejería de Agroganadería un informe exhaustivo de las condiciones en las que se ha mantenido a la osezna Molinera en cautividad, ya que, a su juicio, "su comportamiento parece responder claramente a un cuidado negligente en cuanto a medidas de aislamiento, impidiendo una recuperación acorde con los requerimientos que un animal salvaje necesita para ser devuelto a la naturaleza".

   Finalmente Fapas ha incidido en que una fotografía distribuida por la Consejería en la que se ve a la Consejera de agroganadería acariciando a la osezna, cuando esta se encontraba en fase de recuperación, "evidencia que ya desde ese momento, su tratamiento y manejo estaba alejado de una verdadera intención de devolverla a la naturaleza".