Quito,  (Andes).- La influencia del Premio Nobel de la Paz 1993, Nelson Mandela, quien falleció este jueves a los 95 años, se extendió al deporte al haber promovido un histórico mundial de rugby que terminó por unir a blancos y negros en la racista Sudáfrica, y conseguir para su país la sede de la Copa del Mundo de fútbol de 2010.

“Me despido de una personalidad extraordinaria, probablemente uno de los mayores humanistas de este tiempo”, dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en un comunicado difundido en Costa do Sauipe, Brasil, donde este viernes tendrá lugar el sorteo de grupos del Mundial de Brasil-2014.

“Con Nelson Mandela compartí la profunda convicción en el extraordinario poder del fútbol para unir al ser humano de forma pacífica y amistosa y expresar los valores sociales y educativos como una secuela de la vida”, añadió Blatter.

Mandela murió a causa de una infección pulmonar, y dejó una imagen de reconciliación que se hizo inobjetable en el mundial de rugby de 1995 celebrado en una Sudáfrica, que entonces salía del apartheid, en el cual ese deporte era considerado una práctica de los “opresores blancos”. 

Este hecho incluso dio paso a la filmación de la película Invictus, dirigida por Clint Eastwood en 2009, que relata los sucesos producidos en la época.

‘Mandiba’, quien gobernó a Sudáfrica entre 1994-1999, utilizó a la selección de rugby para unir a más de 42 millones de blancos y negros con el triunfo del equipo  nacional, algo impensable en ese momento.

Y ya en la posteridad de su vida, logró que Sudáfrica fuera elegido por la FIFA como sede del Mundial de 2010. Para ello, y pese a su delicado estado de salud, viajó a Trinidad y Tobago para pedir el voto de Jack Warner, un miembro influyente del Comité Ejecutivo de la FIFA, con el cual logró que su país albergara el máximo evento del deporte mundial.

“Si él llegase a faltar no sabemos si se pueda hacer el Mundial. Sudáfrica es un país en el que se hace lo que él dice”, dijo entonces el exastro brasileño del fútbol Pelé, previo a la Copa del Mundo. “El verdadero arquitecto de la candidatura (de Sudáfrica) fue Mandela”, reconoció por su parte Blatter, al anunciar la decisión de la sede de 2010.

De hecho, Mandela creía que el deporte tiene el  poder de transformar el mundo y más capacidad que los gobiernos de derribar barreras raciales.