La colección de fotografías “WC: Diferentes realidades” de Asier Reino es un viaje por el planeta de retrete en retrete. El inodoro es un reflejo de la forma de vida; incluso hay sociólogos que relacionan las culturas con la estructura de los váteres. Pero en regiones con pocos recursos, la ausencia de instalaciones sanitarias tiene graves consecuencias para la salud y el desarrollo.
El fotógrafo bilbaíno Asier Reino ha viajado por el mundo durante años y ha capturado la diversidad de los retretes entre países y culturas en una colección de imágenes que ha titulado “WC: Diferentes realidades”. “La motivación de estas fotografías es reflejar las diferencias existentes entre los propios seres humanos en cuanto a su acceso al saneamiento, sin olvidar que dicho acceso es derecho”, subraya a SINC Asier Reino.
Un acto tan cotidiano como ir al retrete es una quimera para más de un 30% de la población mundial. Según los datos publicados por la ONU con motivo del Día Internacional de Inodoro y Saneamiento (19 de noviembre) más de 2.500 millones de personas no tienen acceso a una instalación de este tipo adecuada. La situación acarrea “graves consecuencias para la salud, la dignidad, la seguridad y el desarrollo económico y social”, denuncia el organismo internacional.
“Esta primera celebración oficial, por parte de las Naciones Unidas del Día Mundial del Saneamiento, es una buena oportunidad para poner de relieve esta causa tan importante. El saneamiento es crucial para la salud humana y la higiene ambiental”, señaló Ban Ki-moon secretario general de la ONU en su comunicado oficial. “Si aunamos esfuerzos podemos mejorar la salud y el bienestar de un tercio de la familia humana”, destacó.
El Día Mundial del Retrete es una iniciativa dirigida a cambiar tanto el comportamiento como las políticas sobre asuntos que van desde mejorar la gestión del agua hasta acabar con la defecación al aire libre, algo que realizan 1.100 millones de personas en el mundo, según estima la ONU.
“El 33% de las mujeres están expuestas a la vergüenza, la enfermedad, el acoso y los ataques por no tener un baño seguro”, señala la ONU
El organismo internacional calcula que anualmente fallecen cerca de 800.000 menores de cinco años por enfermedades evitables o prevenibles, lo que suponen 2.000 muertes al día debido a las condiciones insalubres y poco higiénicas en las que viven millones de niños en todo el mundo.
Acceso a un móvil antes que a un baño
Según los datos ofrecidos por el Banco Mundial, más de 120 millones de latinoamericanos carecen de inodoro mientras que sí pueden acceder a un teléfono móvil. Una situación de insalubridad que se acentúa en las zonas rurales donde el 33% de sus habitantes “están potencialmente expuestos a contacto con sus propias heces”, señala el comunicado de esta institución.
“En las áreas urbanas, tenemos una cobertura similar a la de otros países en desarrollo, pero en las áreas rurales, la situación es comparable a la de los países más pobres del mundo”, alerta Ivo Imparato, director del Programa de Agua y Saneamiento para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
La insalubridad afecta más a las mujeres
La falta de saneamiento afecta de una manera más intensa a las mujeres. Según un informe del Consejo de Colaboración sobre Abastecimiento de Agua y Saneamiento de la ONU, una de cada tres mujeres en el mundo “está expuesta a la vergüenza, la enfermedad, el acoso e incluso a ataques porque no tienen ningún lugar seguro para ir al baño”.
“Hay muchas mujeres que no tienen seguridad básica durante esos seis y ocho días del mes del ciclo menstrual”, señala el doctor Christopher Williams, director ejecutivo de este consejo. Y añade: “Es sorprendente el número de mujeres que pierden días de escuela por esa razón. Estimamos que el 28% de la inasistencia a la escuela se debe a la falta de instalaciones sanitarias", estima el experto.
FOTO: Retretes en Lapland, Finlandia en 2009./ Asier Reino
"Cada vez que vas al baño te sientas sobre una ideología"
El filósofo, sociólogo y crítico cultural esloveno Slavoj Zizek cree que la estructura de cada inodoro es un fiel reflejo de la cultura que lo ha creado.
Zizek pone como ejemplo la arquitectura de las tazas de retrete en las tres grandes potencias europeas: Reino Unido, Francia y Alemania. En los váteres franceses, con el agujero en la parte de atrás, el excremento desaparece sin apenas ser visto; en el británico la deposición flota en el agua, mientras que en el alemán el sumidero se encuentra en la parte delantera, con muy poca agua.
Así, según Zizek, el váter de Francia, que tiene una larga tradición revolucionaria, responde a su estilo radical: rápida desaparición, “como una guillotina”. El retrete de los ingleses, moderados liberales, es pragmático: “dejémoslo flotar ya resolveremos el problema”. El alemán se identifica con su modo de vida conservador y basado en el pensamiento: “observa sus deposiciones para ver si hay rastros de alguna enfermedad”, interpreta Zikek.
“Cada vez que vas al baño te sientas encima de la ideología”, asegura el filósofo.