Oviedo (E.P.) .-El gasto en recetas en el Principado de Asturias en 2012 disminuyó un 15,17 por ciento frente a 2011. El año pasado se destinaron 275 millones de euros a ese fin (275.207.130,12 euros) frente a 324 millones (324.434.706,39 euros) en 2011.
A nivel nacional, también hay un descenso en el número de recetas (-4,95%) y en el importe medio por receta (-10,76%), según un informe del Observatorio de Salud en Asturias consultado por Europa Press.
El grupo de los Inhibidores de la Bomba de Protones IBPs está constituido por los fármacos omeprazol, esomeprazol, lansoprazol, rabeprazol y pantoprazol. Se usan fundamentalmente para tratar el reflujo gastroesofágico y tratar o prevenir las úlceras gastroduodenales. En 2012 se estima que casi un 14% de la población asturiana tomó un IBP diariamente.
El gasto en IBPs en Asturias en 2012 fue cercano a los 11 millones de euros, lo que supone un 3,61% del total de la factura. El omeprazol no solo es el medicamento más prescrito de este grupo, con un gasto en 2012 de 3 millones de euros (3.175.669,51 €), sino que en número de envases es el fármaco de mayor consumo de todos, doblando al segundo clasificado, el ácido acetilsalicílico.
Entre los subgrupos de medicamentos según gasto en Asturias en 2012 destacan los adrenérgicos asociados a otro antiasmáticos, con 17,8 millones, los modificadores lípidos (11,4 millones), y otros antiepilépticos (11,4 millones). Los medicamentos contra la demencia suman 8,3 millones.
En el capítulo de conclusiones del informe, firmado por el farmacéutico de la Gerencia del Área I del Servicio de Salud del Principado, Javier Vicente Herrero, se señala que la mayor parte de las estrategias en el Sistema Nacional de Salud para contener el gasto farmacéutico se han orientado al ajuste de los precios de los medicamentos y, más recientemente, a aumentar la aportación de los ciudadanos en su financiación (copago).
IMPUESTO A LA ENFERMEDAD
Pero se pregunta si tiene sentido aumentar el copago ciudadano en las recetas, sin actuar primero sobre factores como el exceso de prescripción, la selección adecuada de medicamentos o su correcta utilización?.
Señala que un copago automático como el actual "no distingue entre utilización necesaria o innecesaria, distinción además que en gran medida corresponde al médico que hace la receta".
Por otro lado, el copago comporta el "riesgo" de acrecentar las desigualdades en la atención sanitaria, pudiendo conducir a que los grupos de población más vulnerables interrumpan tratamientos necesarios y contribuyendo a convertir la enfermedad en un factor de inestabilidad económica añadido.
"Se potencia así un impuesto a la enfermedad en lugar de apostar por estrategias para una prescripción más racional de los fármacos, más relevantes para conseguir un sistema sanitario sostenible a largo plazo", concluye el informe del Observatorio de Salud editado por la Consejería de Sanidad asturiana.
FOTO: E.P.