“La pregunta ahora es: si no es del PP ni de la izquierda educativa ni de los nacionalismos, tampoco de los centros privados, la Iglesia o el profesorado, ¿quién tiene la paternidad de esta ley?”
“Cabe decir a estas alturas que la LOMCE parece de exclusiva responsabilidad del ministro, de su entorno más cercano y de un grupo de tecnócratas innominados”
“El apoyo coyuntural de Rajoy al ministro se enmarca en su estilo político de ´paciencia y barajar´”
Madrid.-FORO ha votado hoy en contra de la Ley de Orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) en el último trámite del proyecto de ley antes de su aprobación definitiva en el Congreso de los Diputados con el único apoyo del Partido Popular.
El diputado de FORO y portavoz de Educación del Grupo Mixto en el Congreso, Enrique Álvarez Sostres, volvió a mostrarse duro con una reforma educativa que considera necesaria pero que, en su elaboración por el partido del Gobierno, supone “una nueva e histórica ocasión desaprovechada”.
Sostres advirtió que hoy estábamos ante un pleno del Congreso histórico por dos motivos: la ley la aprueba en solitario el PP y es un proyecto que no se corresponde con el programa del propio PP.
Sostres se preguntó a quién corresponde la paternidad de esta ley, teniendo en cuenta que “no es del PP porque si lo fuese estarían contemplados en ella los elementos nucleares de su programa político o de la investidura del Presidente; tampoco lo es de la izquierda ni del nacionalismo, ni del ‘establishment’ religioso ni de los titulares de los centros concertados y privados, ni tampoco de los sindicatos o de los profesores”.
“Ni siquiera -en su opinión- es realmente del Gobierno, porque no contempla cuestiones sustanciales, como un nuevo bachillerato, si lo vemos a la luz del discurso de investidura del presidente Rajoy”, quien según Sostres, “ha puesto una vez más en circulación su ya clásico estilo político, es decir: ´paciencia, barajar y donde va el asa que vaya el calderu´.No es mi proyecto y que lo apliquen o quiten otros. Como en el juego del tute, ‘si lo veo mal arrastro o sigo el palo largo’”.
Álvarez Sostres atribuyó “al ministro Wert, a su equipo ministerial más cercano y a un grupo de tecnócratas reclutado e innominado” la paternidad de una ley que no va a solucionar los problemas existentes, porque no los ataca con profundidad conceptual sino con un ‘collage’ educativo; sin los cambios estructurales que demanda el sistema; sin el diseño adecuado entre objetivos y articulado conductor, sin vocación de aplicabilidad; sin el diseño curricular acorde con los mismos y sin la complicidad social exigible”.
“Esto explica mi ‘no’ a una ley que no responde a las necesidades de España, del proyecto educativo de FORO y a lo que han dicho los españoles mayoritariamente en las urnas. Es decir, una nueva e histórica ocasión desaprovechada”, concluyó el diputado de FORO.
Ésta es la intervención de Enrique Álvarez Sostres, esta mañana, en el Pleno del Congreso de los Diputados:
Señor presidente, señor ministro, señorías:
Señor ministro:
No se me hace agradable trasladarle lo que pienso sobre el fondo de este debate, porque creo que usted mismo no es consciente de lo que aquí se va a aprobar o al menos de las consecuencias de lo que se va a aprobar. Este pleno va a resulta histórico e inédito, por varias razones.
La primera es que una ley general del sistema educativo va a resultar aprobada en exclusividad por el PP, aunque tengan mayoría absoluta.
La segunda -y esto es único en la historia- porque esta aprobación del Partido Popular se hace a un proyecto que no es del PP. Nos preguntamos entonces: ¿a quién corresponde su paternidad intelectual? Le voy a enumerar a quien no corresponde.
No es una ley del PP, porque si lo fuese estarían contemplados en ella los elementos nucleares de su programa político o de la investidura del Presidente.
No es de la izquierda política porque jamás traicionarían su credo educativo, plasmado en las actuales leyes vigentes, que cumplen con la misión de ser su línea roja política, casi en exclusividad, a pesar del amplio catálogo de normas que anuncian que van a derogar cuando sean mayores.
No es una Ley filo-nacionalista, porque tiene quizás la única aportación contraria a una concepción unitaria y con cierta homogeneidad del sistema escolar, con la pruebas nacionales y la dogmática clasificación curricular.
No es del establishment religioso, porque no ven cubiertas sus expectativas curriculares. No es de los titulares de los centros concertados y centros privados, porque no se acomodan a muchas de sus peticiones de equivalencias.
No es de los sindicatos o de los profesores, porque no se ocupa de ellos, aunque tampoco tienen, al parecer, gran importancia en el sistema.
Ni siquiera creo que es realmente del Gobierno, porque no contempla, arbitrariamente, cuestiones sustanciales, como un nuevo bachillerato, si lo vemos a la luz del discurso de investidura del presidente Rajoy. Este, una vez más, ha puesto en circulación su ya clásico estilo político, es decir: ´paciencia, barajar y donde va el asa que vaya el calderu´ .No es mi proyecto y que lo apliquen o quiten otros. Como en el juego del tute, “si lo veo mal arrastro o sigo el palo largo”.
En definitiva ¿de quién es esta Ley, que nace con el germen de su derogación inmediata, con un calendario ´Ad calendas graecas´? Desde luego, de usted, de su equipo ministerial más cercano y del grupo de tecnócratas reclutado e innominado.
No tengo duda que el sistema escolar actual debe ser revisado .Pero no es esto.
Esta Ley no va a solucionar los problemas existentes, porque no los ataca con profundidad conceptual sino con un collage educativo; sin los cambios estructurales que demanda el sistema; sin el diseño adecuado entre objetivos y articulado conductor ,sin vocación de aplicabilidad; sin el diseño curricular acorde con los mismos y sin la complicidad social exigible.
Señor Wert, créame cuando le digo que yo también me considero responsable de su fracaso porque, desde mi humildad política, no le he convencido de la negatividad de esta estéril reforma escolar, a la que asisto con sensación de impotencia .Esto explica mi ‘no’ a una ley que no responde a las necesidades de España, del proyecto educativo de FORO y a lo que han dicho los españoles mayoritariamente en las urnas. Es decir, una nueva e histórica ocasión desaprovechada. Gracias”.