Por Fernando Bazán/noticiasdesiria.blogspot.-En respuesta al anuncio de la convocatoria a la conferencia de Ginebra 2, el gobierno sirio confirmó que tomaría parte en la reunión, pero en un comunicado reiteró que no tenía planes de dejar el poder y le advirtió a los países occidentales, que exigen que el presidente Bashar Al- Assad renuncie, que deben dejar de soñar o no asistir a las conversaciones de paz. La declaración pone de relieve el aparentemente insalvable abismo entre ambos bandos y la desconfianza mutua.
En el anuncio, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio dijo que la delegación oficial “sería enviada por el presidente Al-Assad para servir a los intereses del pueblo sirio y deshacerse del terrorismo"; el comunicado, publicado por la agencia estatal de noticias SANA, también criticó a Gran Bretaña y Francia por haber dicho que Al-Assad no tiene ningún papel en el futuro de Siria y precisó que "Nuestro pueblo no permitirá que nadie robe su derecho exclusivo a decidir su futuro y su liderazgo".
Hablando en una conferencia de prensa conjunta en Teherán, el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, junto a su homólogo turco, Ahmad Davutoglu, dijo que todos los esfuerzos para detener los combates deben hacerse lo más pronto posible y que "Irán y Turquía tienen puntos de vista similares sobre varias cuestiones, entre ellas que no hay solución militar a la crisis siria", y confirmó que Irán asistirá a Ginebra 2 si es invitado.
Dentro de la conferencia de prensa, ambos ministros destacaron que "Todos nuestros esfuerzos son para poner fin al conflicto y para un alto el fuego, si es posible, incluso antes de la conferencia de Ginebra 2 se lleve a cabo. No debemos esperar estos dos meses y dejar que el pueblo sirio sufra una situación peor. Incluso antes de Ginebra 2, el terreno debe estar preparado para alcanzar un alto el fuego que nos llevará al éxito en Ginebra 2."
A principios de este mes el Secretario General de Hezbollah, Hassan Nasrallah, predijo que la conclusión satisfactoria de las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán reforzaría a la república islámica y sus aliados en la región. El presidente del parlamento libanés y aliado de Hezbollah, Nabih Berri, dijo que "el acuerdo de la generación" allanaría el camino para una solución en Siria y que Irán debería formar parte de las conversaciones sobre Siria. Irán estaría en condiciones de alcanzar sus objetivos de la guerra a través de las negociaciones: la supervivencia de Al-Assad.
Pero lo cierto es que el nuevo acuerdo de Irán no cambia el odio que los rebeldes sunitas sienten por Irán y Hezbollah, debido a los envíos de militantes y armas por la frontera para ayudar al régimen sirio a combatir los rebeldes sirios. Irán lo niega y dice que su ayuda a Damasco es sólo en la forma de asistencia económica, si bien admitió que la presencia de "asesores" dentro de Siria.
Otra gran batalla está teniendo lugar en la carretera de sur a norte de Damasco a Homs. De acuerdo con informes de los rebeldes, cerca de 5.000 yihadistas están tratando de contener el asalto terrestre de las fuerzas combinadas de milicias chiitas -principalmente extranjeras- y las shabiha alawitas acompañadas por algunas unidades del Ejército y la artillería de Hezbollah. Un objetivo táctico de la doctrina militar siria de la era Soviética es atraer al enemigo a un centro de masa para facilitar su destrucción por la fuerza aérea y la artillería; esta parece ser la oportunidad que los rebeldes le han dado al gobierno y sus aliados con el reciente contra-ataque que se presagia como un desastre táctico para los rebeldes.
El dato del día: desde 2011, un gran número de musulmanes europeos han ido a Siria a luchar junto a los rebeldes, las estimaciones varían entre 1.100 a más de 1.700 combatientes de unos 12 países. Estudios al respecto muestran que los combatientes extranjeros son mucho más propensos a involucrarse en el terrorismo internacional que la población musulmana en general y que producen los ataques más letales que aquellos sin experiencia en el extranjero; esta situación supone que los combatientes yihadistas en Siria se están entrenando y que serán una amenaza a la seguridad cuando regresen a la UE.
Al igual que el presidente Al-Assad acusa a sus oponentes de ser títeres a las potencias extranjeras, los rebeldes islamistas en Siria dicen que no prestan atención a las quejas de los activistas –a los que ven como traidores- sobre la experiencia de enfrentarse a éstos; muchos disidentes y activistas ven que las cuatro décadas de sumisión a la familia Al-Assad pueda transformarse en una nueva sumisión a los grupos Al-Qaeda. Los asesinatos sectarios de civiles, que pertenecían a la minoría alawita o que se oponían a los dictados islámicos, van de la mano con el respeto logrado entre los sirios en el Norte, en parte por su lucha y por la imposición de orden sobre las disputas entre los caudillos rebeldes además de garantizar el suministro de alimentos y medicinas. Pero para los activistas democráticos, eso no es excusa para otros defectos.
Pero el tema clave sigue girando en torno a quienes asistirán. Por lo pronto, el gobierno sirio ha confirmado que asistirá, aunque no se sabe qué papel tendrá Al-Assad y hay pocas señales de que cualquiera de las partes en el conflicto sobre una predisposición a hacer concesiones.