Oviedo (E.P.) -El impulsor de la Oficina de Defensa del Anciano, Marcelino Laruelo Roa, ha mostrado su malestar después de que el último consejo de administración de Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA) encargase un informe jurídico para evaluar los posibles perjuicios que podía causarles la mencionada oficina.

   "Mejor se dedicaban a hacer que las cosas funcionan correctamente: que saquen a los ancianos impedidos a que vean la luz del sol, que manden las facturas mensuales, que no se nombre a los directores de las residencias a dedo o que se haga una auditoría externa de las cuentas del ERA", ha manifestado Laruelo Roa en declaraciones a Europa Press.

   La mencionada oficina fue creada el pasado año impulsada por él con el objetivo de denunciar irregularidades que pudiesen sufrir las personas mayores y enfermas. A lo largo de este tiempo, ha emitido diferentes notas de prensa en este sentido.

   Ahora el ERA quiere un informe jurídico que evalúe los posibles perjuicios que para el nombre del organismo público y de sus trabajadores suponen las manifestaciones vertidas por la oficina, y que también se tenga en cuenta la confusión que su denominación ocasiona en relación al Letrado del Anciano, órgano administrativo adscrito a la consejería de Bienestar social y Vivienda.

   Sin embargo, para Marcelino Laruelo Roa, lo que de verdad sucede es que en Asturias hay unos "señoritos de cortijo" que están "demasiado acostumbrados a que todo el mundo agache la cabeza cuando pasan y que no toleran que alguien les pida que rindan cuentas".

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