El equipo de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la parte más oriental de la isla de Samar, donde golpeó primero el tifón, está atendiendo a los heridos y organizando la asistencia médica: se están preparando clínicas móviles que llegarán a las partes más aisladas de la costa y las islas de los alrededores, y servicios de consultas externas en la ciudad misma de Guiuan. La clínica en Guiuan podrá atender a los enfermos más severos las 24 horas del día.
“Gran parte del trabajo ha consistido en el tratamiento de heridas que se han infectado”, dice el doctor Johan Von Schreeb, que llegó ayer con el equipo. “Hemos hecho 25 cirugías menores en el último día y las colas están aumentando con enfermos con neumonía y diarrea”.
El tétanos también es una preocupación: “como precaución, estamos utilizando la inmunoglobulina toxoide anti-tetánica, que proporciona a los pacientes una protección inmediata. No tenemos establecida aún la cadena de frío para las vacunas habituales, porque no hay electricidad para refrigerar, pero está llegando. E incluso aunque la tuviéramos, esas vacunas tardan unas semanas en ser efectivas, y nosotros aquí no tenemos tiempo que perder”.
Casi todos los edificios de Guiuan han sido destruidos y el hospital local no está operativo. Los heridos más graves han sido evacuados. Con el hospital destruido, el equipo del Dr. Schreeb está trabajando codo con codo con los médicos filipinos en un centro de salud cercano. “La zona está destruida en un 95% -explica el médico de MSF-. Me recuerda mucho a Haití, donde trabajé tras el terremoto, y también a Aceh, aunque aquí no ha habido tsunami; sencillamente el viento era tan fuerte que lo ha aplastado todo”.
En Guiuan, MSF proporcionará servicios de agua y saneamiento tan pronto como sea posible y también ayudará en las labores de cobijo temporal. Otros miembros del equipo evaluarán las islas pequeñas más cercanas por helicóptero y, si las condiciones lo permiten, pronto comenzará a utilizar barcos para organizar clínicas móviles en estas islas, frente a la costa este de Samar.
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Después de varios días buscando la forma de hacer llegar personal y material a Tacloban, en la provincia de Leyte, un equipo de MSF formado por seis personas por fin llegó a la ciudad ayer y está trabajando para establecer un hospital de campaña en los próximos días. El equipo también visitó Palo, al sureste de Tacloban, donde el hospital ha sido severamente dañado por el tifón.
El personal de MSF que evaluó Ormoc, en el oeste de Leyte, ha comprobado que la mayoría de los edificios han sido destruidos y que el hospital, que anteriormente tenía capacidad para 200 camas, ahora solo tiene una sala de urgencias con 25. Este equipo también evaluará la zona entre Ormoc y Tacloban, y otro equipo evaluará las necesidades en el sur de Leyte.
Viajando en helicóptero, un equipo de MSF ha visto que aproximadamente la mitad de la ciudad de Roxas, en la provincia de Capiz en la isla de Panay, ha sufrido daños significativos. Está previsto que este equipo lleve a cabo evaluaciones adicionales en las aldeas más pequeñas que rodean Roxas, mientras que otro equipo –compuesto por dos enfermeras, un logista y un especialista en agua y saneamiento– volará desde Manila a Iloilo, desde donde intentarán llegar a los municipios de San Dionisio, Estancia y Balasan, en el noreste de la isla.
Los equipos de MSF ven limitados sus esfuerzos por los enormes obstáculos logísticos que la tormenta dejó a su paso. La zona afectada por el tifón se extiende por un área muy amplia. Muchas de las carreteras principales y aeropuertos de la región están destruidos, cerrados o cubiertos por escombros. Algunas pistas de aterrizaje son demasiado pequeñas para aviones grandes, y los suministros de combustible y electricidad son muy limitados. Todo ello ha dificultado la llegada de material en las cantidades necesarias para establecer programas y proporcionar asistencia médica.
MSF sigue explorando todas las posibilidades de transporte para conseguir hacer llegar el personal y el material a las zonas más afectadas, sobre todo a las áreas más alejadas del foco de atención de la ayuda.
“Cuando nos encontramos ante un obstáculo y el plan A no funciona, tenemos que pasar al plan B o al plan C, o en algunos casos incluso al plan D o E”, explica la doctora Natasha Reyes, coordinadora de emergencias de MSF en Cebú. “Tenemos que pensar nuevas fórmulas y ser creativos, porque hay personas que necesitan ayuda. MSF ha respondiendo a las emergencias muchas veces, así que ya lo hemos hecho antes y ahora tenemos que hacerlo de nuevo, tan pronto como sea posible”.
Varios aviones cargo de MSF han aterrizado en el aeropuerto de Cebú, la ciudad más grande de la zona. Desde allí, se han utilizado pequeñas embarcaciones –aviones, helicópteros y barcos– para enviar pequeños equipos a evaluar la situación médica y humanitaria en las ciudades e islas de los alrededores.
La respuesta de MSF variará de un lugar a otro, según las necesidades. Pero el apoyo a hospitales locales, muchos de las cuales resultaron dañados, es una clara prioridad, al tiempo que se están organizando clínicas móviles para llegar a las poblaciones más aisladas. Esto puede incluir la creación de “bases” a bordo de barcos que se puedan mover de un lugar a otro según las necesidades. En todos los lugares y a pesar de los obstáculos, los equipos siguen buscando formas de llegar a las más personas con más necesidades.
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