La crisis de Siria entra en su tercer invierno. Para millones de personas, los meses por venir traerán no sólo hambre y frío, sino también los riesgos que representan los extremos niveles de violencia que afectan al país.
Robert Mardini, jefe de Actividades Operacionales del CICR en Oriente Próximo y Oriente Medio, dijo que los civiles atrapados en zonas sitiadas a las que las organizaciones humanitarias no tienen acceso son "los más vulnerables de los vulnerables" este invierno. También exhortó a una mayor sensibilización sobre su difícil situación.
En todo el territorio de Siria, las familias han perdido su hogar y tratan de sobrevivir sin calefacción, sin electricidad y sin agua potable. La infraestructura básica ha colapsado, y son pocos los servicios esenciales que siguen funcionando. El sistema de salud se ha desmoronado o se ve obligado a funcionar en forma clandestina a causa de los ataques directos contra los hospitales, médicos y enfermeros.
El Sr. Mardini señaló que el de Siria será recordado como el conflicto en que el derecho básico de los heridos y de los enfermos a recibir atención médica es sistemáticamente ignorado. Para hacer frente a este comportamiento inaceptable y obtener acceso a las personas atrapadas en los enfrentamientos, los problemas humanitarios en Siria deben ocupar una posición de mayor prioridad en la agenda política.
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