Por Antonio Martín
/DICYT
El Plan de Energías Renovables que promueve el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) prevé un escenario más favorable para el aprovechamiento del calor de la tierra que en la actualidad. "En estos momentos, la extensión de instalaciones de geotermia es muy modesta", reconoce el profesor Eduardo Montero de la Universidad de Burgos. Para ello, el organismo dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio pretende que al final de esta década, en 2020, casi una de cada cinco instalaciones de calefacción (el 18% concretamente) se provea del calor que conserva el terreno. Un curso de verano ha analizado en Burgos las perspectivas de desarrollo de esta fuente energética.
Eduardo Montero, del Departamento de Ingeniería Electromecánica de la Universidad de Burgos, explica a DiCYT que la geotermia consiste en "aprovechar el calor almacenado en el terreno para extraerlo y entregarlo al edificio". Este proceso se realiza a través de una máquina parecida a un frigorífico que se abastece de energía eléctrica y que cambia el calor geotérmico por otro aprovechable para el sistema de calefacción del edificio. "Presenta una ventaja, que es el empleo de energía renovable procedente de la radiación solar, y es un sistema eficiente, ya que una unidad de consumo eléctrico produce entre cuatro y cinco unidades de energía en la construcción".
La geotermia no es un empleo exclusivo para calentar el interior de un edificio en las épocas frías. También puede emplearse, en sentido inverso, en verano, cuando el terreno absorbe el calor procedente de la calefacción a modo de refrigeración. Esta doble corriente de la energía convierte a los sistemas de geotermia en unas especies de almacenes térmicos.
Montero explica que existen dos tipos de desarrollos en geotermia. Uno, denominada geotermia somera, se centra en el calor más inmediato a la superficie, con un máximo de dos metros de profundidad. "Los cambios de temperatura a lo largo del día por la radiación solar pueden ser aprovechados como fuente energética", explica el especialista. Otra variante es la geotermia a profundidad. Aunque hay ensayos a diez y veinte metros, generalmente la fuente está a unos 100 metros. "La Tierra produce en ese punto un calor intenso". En el primer caso, la geotermia sonera parece indicada para viviendas unifamiliares y pequeñas construcciones, mientras que la toma del calor a profundidad está indicada para grandes aplicaciones industriales o urbanizaciones. "El segundo caso es más complejo y caro y requiere, por lo tanto, mayor financiación un proyecto de este tipo".
En todo caso, según explica el experto, debido a la diferencia de radiación solar y otros aspectos climáticos y a los distintos tipos de suelo existentes, cada solucion geotérmica es diferente. "No es lo mismo el aprovechamiento que se puede realizar en Almería que en Burgos", resume. Los sistemas también permiten que si hoy hay espacio suficiente en horizontal, en toda la superficie del terreno, las instalaciones se pueden colocar en vertical.
Uso actual y previsiones
El Plan de Energías Renovables 2011-2020 estima que en la geotermia para generación de electricidad existe un potencial bruto de casi 3.000 megavatios de recursos geotérmicos de alta temperatura para generación de electricidad, aprovechables mediante geotermia convencional y con las nuevas tecnologías de la geotermia estimulada. Sin embargo, "el aprovechamiento actual es muy modesto", incide Montero. El experto considera que "aunque los costes sean algo más caros que una calefacción de gas natural o gasóleo convencional, es amortizable la inversión en seis o siete años". En esta línea, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y las comunidades autónomas han establecido planes para la promoción de esta nueva fuente energética.
La tecnología que hace posible este aprovechamiento térmico "es parecida a la de climatización de aire o agua" pero hay un terreno aún desconocido para los especialistas. "Nos queda por perfeccionar el conocimiento en aspectos de la perforación y los materiales adecuados para las instalaciones, entre otros aspectos", resume el especialista. En la máquina que permite el aprovechamiento del calor también hay un margen para la investigación y el desarrollo. "Existen particularidades en la extracción de calor del terreno, hay rangos de temperatura diferentes".
Un grupo de especialistas de la Universidad de Burgos y la Agencia Provincial de Energía de Burgos han organizado esta semana un curso de veranoque ha reunido a ponentes de la Administración (representantes de los reguladores), fabricantes de aparatos de geotermia, proyectistas e instaladores y diferentes perfiles de ingenieros, como industriales o de minas, y arquitectos.