EL UBI SUNT IDENTITARIO EN LA LITERATURA ASTURIANA
Frente a la escasez o inexistencia del tema del ubi sunt desde la perspectiva del yo en nuestra literatura, es relativamente frecuente la pregunta por las cosas extintas o a punto de desaparición. Esa requisitoria se hace desde la señardá y la emoción, pues aquellos objetos que se echan en falta significaron, en el pasado, no sólo un elemento de afectividad positiva para quien pregunta por ellos, sino un anclaje en la identidad colectiva. Para quien escribe representaban o representan, ya casi fantasmagóricas en este caso, las señas de la identidad colectiva, las raíces de la asturianidad. Al desvanecerse las mismas, se desvanecería igualmente, con ellas, Asturies: las cosas y la nación, indisolublemente unidas, se irían alejando suavemente en la borrina del pasado.
Antes de pasar revista a algunos de estos textos, señalemos que los autores igualan ruralidad y Asturies. Tal identificación constituye, a nuestro entender, un error político y histórico (no hay más que pensar que otras nacionalidades superaron tal equivalencia); pero tal forma de ver no fue exclusiva de ellos, sino general. De ese yerro – y la constelación de causas y consecuencias en que se engarza- parte nuestra poco brillante situación actual, política, cultural e identitaria. Pero ello ye fariña d´otru molín. Pasemos ahora a ver los textos.
Un buen poeta avilesino, Bernardo Guardado Rodríguez, proyecta sobre el carru´l país (en Vieyu carrín d´esquirpia) la identidad de una Asturies pobre y rústica, pero noble, como el carru:
¿Qué penina t´escuez, embruxaora,
pa que berres así, carrín graciosu? /..../
Non t´avergüences, non. ¿Por qué has facelu?
Yes rústicu, probín, llen de ferruñu.
Pero, per riba d´esu, has de sabelu
Yes fiel al to deber con el terruñu. /.../
Y, más allá, prosiguen los cuartetos dodecasilábicos:
Porque l´Asturies nuestra, tuya y mía,
Ye refaxu y calzón. Y son bardiales.
Ye gaita y ye tambor. Ye romería.
Vaques pastiando en prau. Son manzanales.
Ye la cruz de Pelayu enriba´l monte /..../
Son los horros, la sidra y la Santina.
Ye´l retratu, carrín, de to figura.
El to modu de ser, sencillu y rudu.
To pértiga, cargada de veyura,
Ye d´ista Asturies el meyor escudu.
Y el poema acaba proyectando también la identidad del poeta, viejo e ilusionado como la esquirpia, sobre el símbolo identitario.
(Otro poeta, también avilesino, Eloy Fernández Caravera, lanzará igualmente su emocionalidad de semejanza sobre el mismo útil – Al vieyu carru d´esquirpia-, pero esta vez el alcance será puramente personal: la vejez y la muerte que a ambos amenazan.)
El mismo Bernardo Guardado, en las variadas combinaciones de exasílabos de su Réquiem pola montera picona, llora por la desaparición de esa prenda y de otros signos identificativos:
Vase la montera
Picona asturiana.
Vase la montera.
Xime la quintana. /..../
Mustia pol dollor
De nun ver presente
Al tamboriteru /.../
Adiós la panera,
Adiós la quintana /.../
Adiós al tambor
Y a la gaitiquina /../
¡Ay! Cuántes penuries
pa la vieya Asturies /.../
En su Has saber de la quintana, el mismo escritor establece un diálogo imprecatorio entre un abuelo y su nieto, por desconocer éste, un ignorante ilustrado en la escuela estatal, los seres y cosas de la aldea, la “gramática asturiana”. Y en su romance endecasilábico Enel vieyu falar de los tos güelos, escrito con motivo del Bollu de Avilés, escribe:
Fiestiquina del Bollu, carru esquirpia,
Roxos refaxos, monteres y gaiteros,
En tanto que viváis seréis Asturies
Y seréis Avilés, que ye lo mesmo.
Otro autor, Luis Aurelio, nacido en Argentina, hace un repaso general a las cosas que se han ido, en su romance de dodecasílabos y exasílabos La quintana perdía. Todo ha desaparecido, los ríos, el cantar de los pájaros, los mitos, la lengua, los antiguos poetas, la gente propia... Gente forastera, lengua extraña, espantosas chimeneas, negros pozos, ocupan ahora la quintana, una evidente metonimia de Asturies:
¡Ay, la mio quintana, prubitina d´ella!
¡Ay, la mio quintana, la de los mios güelos!
¡Quien te vio y te ve
muérrese de pena y acongoxamientu!
En La tristeza de Asturies, d´Emilio Palacios, la canción popular de “Pasé´l Puertu de Payares / paselu con muncha pena” sirve de estribillo a un romance de heptasílabos y decasílabos donde se llora la ruina de los cantares, las costumbres, la gaita y los bailes de la patria. El texto acaba con este exabrupto, si no sociológico, al menos literario:
Y entovía toi pensando
Qué razón tuvo mio güela:
“¡Ay, nietiquín de mio vida,
Asturies non ye quien yera,
Que ta enllena de cazurros
Y arabesos...¡Santina, quién lo dixera!
(¡Si aquel bon Rey Don Pelayu
llevantara la cabeza...!)
En El alma muerta, el llanisco Ángel Pola identifica la gaita, ya no tocada por la muerte de su propietario gaitero, con el alma de Asturies:
Tou el paisaxe asturianu,
Tou el vivir, tou el ruidu,
De los bosques y los valles /.../
Están dentro de la gaita
Como encantaos y en achisbu.
Otro texto importante del Ubi sunt identitario es el de Pachín de Melás, Alma Asturiana, texto que aparece en el diálogo teatral Veyures (1908), se publica nuevamente en el volumen Poesías en bable (1918) y se reitera en Pensatible (1925). Es un poema circular, cuyos versos iniciales (Ta tristi, muy tristi l´aldea asturiana / quedose´n sin vida, quedóse´n sin alma) son el tema central y constituyen una especie de Leitmotiv. De la aldea ya faltan las voces de los mozos, los suspiros de les rapaces, la naturaleza está entristecida, todo es silencio: ¡Morrió ya dafechu l´aldea asturiana! Ya no existen relatos orales, ni mitología. El progreso ha destruido físicamente la naturaleza (fendieron los montes, fendieron la braña /.../ El home avariosu la vega´smigaya / alborota´l valle que tranquilu taba. Ya sólo queda el cantor que canta sus penas nel bable fermosu. Pero el eco de la naturaleza le contesta:
-Non cantes, copleru; dexa la cantata;
¿non ves que ta tristi l´aldea´sturiana?
¡Morrió la to Asturies! ¡Morrió la to Arcadia!
¡Quedose´n sin vida, quedóse´n sin alma!
Otros poemas del mismo autor y de materia semejante son ¡¡Mio Asturies!! , Los oscuros cantores, La flor del agua (de Pensatible, 1925) y E´na fiesta de la poesía asturiana (1923). Algunos de estos, como el último, más que plantear exactamente l´ubi sunt –que es más bien un lamento por algunas cosas idas, aunque ese conjunto de pérdidas represente, más bien, la totalidad, la propia esencia o ser-, planteen una suerte de plancto o elegía por Asturies, de carácter global. Es, por otro lado, muy significativo que ese llanto por la muerte de Asturies se dé, precisamente, en la Fiesta de la Poesía Asturiana.
Explícito es el título del polesu Fausto Vigil Álvarez: ¡De nuestra Asturies ya non queda nada!, cuyos cuartetos endecasilábicos hacen casi un repaso universal de lo perdido, desde la naturaleza a las costumbres, pasando por la alimentación. Valgan estas cuatro líneas de ejemplo:
Soberbiosos, dexasteis con despreciu
La montera, madreñes y escarpinos;
Trocasteis por paella la fabada,
La zapica de sidra por culinos.
Citemos, por último, el largo romance endecasilábico del llangreanu Isidro Díez de la Torre, donde destacan cuarenta y cuatro versos paralelísticos que comienzan por la anáfora “ya non”:
Ya non se tien amor más que al dineru,
Ya non se oye cantar a delgún carru,
Ya non se ven pastores pelos cerros,
Ya non se habla de xanes y de encantos...
Digamos también que, aunque materia distinta, tienen conexión con este ubi sunt identitario los textos en defensa de la lengua asturiana, como el magnífico El bable, de Bernardo Acevedo y Huelves, con su estupendo arranque:
Gústesme porque yes probe,
Tan probina como vieya,
Fabla dulce de mio Asturies,
Encantu de la mio tierra...
Pero esa, como hemos dicho, es ya otra materia, fariña d´otra maquila.
ADDENDA (NON INXERTU EN “LITORA CANTABRICA”)
El 2 d´ochobre de 1909 Marcos del Torniello asoleya nel Oriente de Asturias un romance en versos hexasílabos, Añorances, qu´entama ¡Ay probe del probe! / que ta ensin migaya / de aquello que tuvo / que tanto-y gustaba [...] y onde se cancia: -¿Qué queda n´Asturies / si ye que se acaba / lo poco que queda / de l´alma asturiana? [...] Y dempués de facer repasu de la montera, del chalecu, del dengue, etc., asina como de los cancios perdíos, y de señalar la causa que nello tienen la mina y la fábrica, acábase: De l´alma d´Asturies / non queda tayada / si llega la hora, / que ta bien cercana, / de dar bocadielles / la rústica fala / la fala más dulce / que pera de agua [...] Marcos del Torniello, Poemes recuperaos (3). ALLAS, Caratafueyos de lliteratura escaecía, nº 82. Uviéu, 2004.