Estola costarricense para Papa Francisco

Estola costarricense para Papa Francisco
  • Los grabados corresponden a los mismos diseños que indígenas hacen sobre superficie de jícaras

 

San José.-  Una estola hecha por mujeres costarricenses, que ven en los seres vivos el fruto de la creación divina y que demuestran con su arte la misma devoción de San Francisco de Asís hacia todas las manifestaciones de vida, es el regalo que la presidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda llevará al Papa Francisco, en su encuentro del próximo 8 de noviembre.

 “Estamos llevando como regalo a su Santidad el Papa Francisco esta hermosa estola que la hicieron manos de mujeres indígenas y mestizas quienes precisamente usaron técnicas muy autóctonas. Crearon figuras propias de nuestra fauna, de nuestra naturaleza y además los colores que utilizaron para estampar las figuras, salen de productos de nuestra naturaleza. El mensaje que le enviamos al Santo Padre con este regalo, es que Costa Rica es un pueblo de gente sencilla, que ama la naturaleza, que le gusta hacer las cosas con sus propias manos” destacó la Mandataria.

Los grabados en la estola corresponden a los mismos diseños que las personas indígenas hacen sobre la superficie de las jícaras (Cresetia Cujete, Izcalli de origen náhuatl), fruto semiovalado propio de los bosques costeros.

 

Los colores provienen de los tintes de uso tradicional, extraídos de flores, árboles, hierbas y productos orgánicos.

 

Las personas que confeccionaron la estola

 

Para Fidelia Rivera Fernández, mujer Térraba de 47 años y madre de cinco hijos, estos grabados reproducen su amor por la naturaleza. Ella estudia para obtener el sexto grado de la educación primaria aunque ya está más que graduada en su vocación por cuidar el bosque y el agua. Junto a su familia conserva un espacio boscoso reforestado décadas atrás por su esposo Paulino y sus hermanos.

Anais Nájera Arias, madre de una niña y maestra de educación preescolar expresa que su atracción por el entorno le permite dibujar parte de él, para dar a conocer sus vivencias.

 

Anais y Fidelia hicieron los diseños y los estamparon en tela. Ambas son del pueblo indígena Térraba, uno de los ocho grupos étnicos de Costa Rica. El santo patrono de la comunidad en la que viven es San Francisco de Asís.

Martina Carballo Chaves hizo el corte y confección de la tela. Tiene 82 años y es madre de ocho. Dedica parte de su tiempo al “Roperito del Santísimo” desde hace 25 años en Moravia. Ella participa en un grupo de mujeres que desde 1957 instauró la tradición de confeccionar ornamentos para las iglesias de escasos recursos. Se financia mediante el aporte simbólico que reciben por las casullas, estolas, albas y otros ornamentos que producen.

 

Las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor asesoraron para que esta estola tenga los elementos simbólicos y religiosos necesarios para utilizarse en la celebración de la Eucaristía.

Esta congregación llegó a Costa Rica en 1929. Su misión consiste en orar por el bienestar del mundo. Las religiosas subsisten elaborando hostias y ornamentos. Están alegres por su contribución porque para ellas lo importante no es el objeto sino el amor involucrado en él.

En la estola están grabados  algunos animales de los bosques y ciudades costarricenses como el Pizote, el Perezoso, el Mono Araña o Mono Colorado, el Colibrí Garganta de fuego, Magnífico, Montañés, Gorgimorado y Mosca o Arrejivioláceo verde; la Paloma Coliblanca o Yuré y el Soterrey o zoterré.


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