El Puerto Deportivo de Gijón acoge en su dársena de tránsito, a la gran mayoría de la flota de la regata Mini Transat, que no ha podido recalar como tenía previsto en Sada, debido al fuerte temporal que azota la costa gallega.
Gijón.-La presente edición de la Mini Transat 6,50 se recordará por las dificultades meteorológicas que se han venido sucediendo desde que el pasado 13 de Octubre, fecha prevista para la salida desde Douarnenez, se aplazara por las fuertes y continuas borrascas que azotaban, el Golfo de Vizcaya y el siempre complicado paso de Finisterre.
La espera ha sido larga en Douarnenez , una borrasca tras otra, con vientos imposibles para navegar en un barco de solo 6,50m no daba chance a la organización para dar el pistoletazo de salida de la primera etapa, con destino a Lanzarote.
Recalar en el puerto deportivo de de Gijón se barajó en más de una ocasión, como alternativa para acercar a la flota al temido paso por la costa gallega, pero se desestimó por diferentes motivos.
Al final y con dieciséis días de retraso se decidió salir de Douarnenez con rumbo al puerto coruñés de Sada, en una etapa puente. Para a continuación sortear la Costa de la Morte y dirigirse por fin a Lanzarote, final de la hipotética segunda etapa. Pero los cálculos meteorológicos de la organización no fueron del todo precisos y una vez más, una fuerte borrasca truncó con las expectativas de etapa, logrando alcanzar el puerto gallego, solamente 5 de los 77 barcos que continúan en la regata, pues hasta el momento y por diversas causas ya hay 7 retirados.
Los barcos restantes y por indicaciones de la organización francesa han puesto proa y encontrado refugio en el puerto deportivo de Gijón, aunque a las 20 horas del viernes, aún quedaban 14 barcos por llegar al puerto asturiano.
A partir de ahora, habrá que esperar de nuevo. Todo parece indicar que el próximo lunes puede ser el día D y por fin, la Mini Transat 6,50 inicie de nuevo su complicado periplo vivido hasta el momento.