Este miércoles, la estación internacional de Canfranc ha acogido un emotivo acto de homenaje y reconocimiento histórico al importante papel que desempeñó este enclave del Pirineo durante la Segunda Guerra Mundial.
En concreto, el encuentro ha tenido como protagonista a una delegación del centro Sefarad-Israel, institución con sede en Madrid que tiene entre sus objetivos el fomento del conocimiento de la cultura judía y el desarrollo de vínculos de amistad y de cooperación entre la sociedad española y la sociedad israelí. Los representantes de esta asociación, junto a los responsables de SVA y autoridades locales, han realizado una visita al vestíbulo de la Estación, donde desde el pasado verano se puede disfrutar de un espacio musealizado que explica la relevancia histórica del edificio, como enlace ferroviario clave durante el siglo XX y especialmente durante la II Guerra Mundial.
El objetivo de esta visita ha sido entablar un primer contacto con esta asociación, con la que se ha planteado la posibilidad de promover futuras acciones de dinamización cultural y reconocimiento histórico del valor que tuvo Canfranc para cientos de judíos que huían de los nazis.
El periodista Ramon J. Campo, que ha documentado los acontecimientos que ocurrieron en esta etapa histórica en el Pirineo aragonés, ha realizado una breve charla a los asistentes para explicar cómo la Estación Internacional de Canfranc se convirtió en paso fronterizo fundamental para la huida de cientos de judíos exiliados y otros represaliados, que consiguieron huir de la persecución del ejército nazi a través de Canfranc. Según ha explicado, esta estación pirenaica era “el primer punto de libertad” para estas personas, que tomaban el tren en Canfranc con destino a Madrid, para en muchos casos hacer trasbordo en la capital de España con destino a Portugal, y embarcarse desde allí al continente americano. Desgraciadamente, muchos otros fueron no lograron su objetivo y fueron detenidos por la Gestapo y las SS alemanas, que controlaron la parte francesa de la Estación entre el invierno de 1942 y el verano de 1944.
Reconocimiento a Albert Le Lay, el ‘Rey de Canfranc’
Por Canfranc pasó correo, material, espías y aviadores aliados accidentados, lo que demuestra el papel fundamental de la frontera altoaragonesa en el conflicto internacional. En estos acontecimientos desempeñó un papel protagonista el jefe de aduanas francés de la estación, Albert Le Lay, cuya historia y la de otros protagonistas ha sido plasmada recientemente en dos largometrajes: ‘Juego de espías’, del propio Ramón J. Campo, y ‘El Rey de Canfranc’, que se exhibe actualmente en las salas de cine. Le Lay fue un espía aliado desde enero de 1941 hasta septiembre de 1943, cuando tuvo que huir hasta Argel perseguido por la Gestapo y la Policía española.
En el acto de hoy se ha reconocido también la figura de este hombre que jugó un doble papel, permitiendo por un lado el transporte de oro y wolframio entre Hitler y Franco, mientras asumía los riesgos de facilitar la huida a cientos de judíos y canalizar los mensajes del espionaje de la Resistencia hasta Londres, vía Madrid. Le Lay tuvo además vínculos familiares con el llamado ‘Schindler aragonés’, Ángel Sanz Briz, diplomático zaragozano que, con una estratagema en la expedición de salvoconductos, salvó a unos cinco mil judíos en Hungría.
Otros represaliados consiguieron escapar de la Francia ocupada accediendo a España por los montes del Pirineo aragonés, muchos de ellos ayudados por los vecinos de Canfranc y alrededores, tal y como recuerdan testigos de la época. Uno de ellos es Julián Arrazuela, que también ha aportado sus experiencias en el encuentro de hoy. Al finalizar el acto, se ha descubierto una placa conmemorativa en el vestíbulo de la Estación, bajo el lema de ‘Canfranc, hito de memoria en tránsito’.
Proyección internacional de la Estación
El Gobierno de Aragón continúa así impulsando la proyección de este emblemático inmueble, que este verano volvió a abrir sus puertas tras los trabajos de conservación y musealización promovidos por Suelo y Vivienda de Aragón. Gracias a esta iniciativa, más de 13.500 personas han participado en las visitas guiadas desde el verano, y se siguen desarrollando ahora de miércoles a domingo.
Cabe destacar también la creciente divulgación internacional que está alcanzando el emblemático inmueble a nivel cultural, en consonancia con las inversiones impulsadas por el Gobierno de Aragón para su recuperación. Entre la gran cantidad de turistas que ha recibido la estación, cabe destacar el significativo interés de grupos extranjeros y de centros escolares franceses. Además, a la citada producción del largometraje ‘El Rey de Canfranc’, hay que añadir el reciente rodaje de otro documental por parte de la televisión pública francesa ‘Fance 3’, que prevé emitirlo en febrero en horario de máxima audiencia.
Todas estas actuaciones se enmarcan en la decidida apuesta del Gobierno de Aragón para la puesta en valor de la Estación Internacional de Canfranc, con el objetivo de divulgar su valor histórico y cultural para buscar la atracción de inversiones que, mediante la colaboración público-privada, sirvan para dotar de distintos usos y actividades al histórico inmueble, con la finalidad de generar actividad económica y puestos de trabajo.