La Federación de Caza de Aragón, entidad que presenta en sus estatutos como función propia, entre otras, la de “desarrollar iniciativas en el campo de la ecología, en orden a la defensa del medio ambiente natural” ha suscrito un convenio con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) con el objeto de llevar a cabo un programa de investigación para comprobar in vitro e in vivo la viabilidad y las condiciones de conservación de las células que se mantienen congeladas de bucardo.
Con todo ello, tanto la Federación Aragonesa de Caza y el Gobierno de Aragón, consideran que el material genético de bucardo conservado tiene un inmenso valor y que deben hacerse los esfuerzos necesarios para asegurar su conservación.
Para el seguimiento de los objetivos y de las actuaciones de este convenio, se ha creado una comisión mixta formada por representantes del CITA, del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente y de la Federación Aragonesa de caza.
El Bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica) era una subespecie de cabra montés genética y morfológicamente diferente del resto de poblaciones de cabras monteses que habitan en la Península Ibérica. Estaba perfectamente adaptado a la vida en alta montaña, así como a sobrevivir a las extremas condiciones de innivacion y bajas temperaturas que se dan en invierno en el Pirineo, su hábitat natural. Su población fue decayendo a lo largo de los años por diversas causas.
Por ello, en abril de 1999, antes de su total e irremediable desaparición, se capturó el último ejemplar, una hembra de avanzada edad al límite de su periodo estimado de vida, y se obtuvieron biopsias de su piel. El objetivo era establecer líneas celulares que creciesen in vitro y que pudieran ser mantenidas congeladas en Nitrógeno líquido a -196ºC. Este último ejemplar de bucardo falleció por causas naturales en los acantilados del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en enero de 2000. Con su muerte se producía la extinción del bucardo como especie viva, pero no así su extinción genética ya que sus células se mantenían congeladas en las instalaciones del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico de Aragón (CITA/Aragón).
En 2002 y 2003, se clonaron algunas de estas células y los clones se transfirieron a úteros de hembras receptoras. En 2003 nació una cría de bucarda viva, que falleció, al cabo de pocos minutos, por problemas pulmonares. Aunque esta cría no sobrevivió, su nacimiento está considerado un acontecimiento científico histórico ya que fue la primera vez que un ejemplar perteneciente a un taxón extinto volvía a la vida. Desde 2003, no se ha comprobado la viabilidad de estas células ni in vitro ni in vivo.