El exdirector del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) Mariano Barbacid ha recordado hoy en Santander que uno de los problemas a los que se enfrenta la sociedad a la hora de entender el cáncer es “hablar de él en singular” cuando son “150 enfermedades distintas y cada una tiene un tratamiento particular”.
“Un linfoma, un sarcoma y un adenocarcinoma se parecen como una gripe, una polio y una tosferina”. Así lo señaló en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con motivo de su participación en el Encuentro ‘Genómica del cáncer’ en la que también intervino el jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y director científico del IFIMAV, Miguel Ángel Piris.
En este sentido, Barbacid explicó que gracias a la ultrasecuenciación, los investigadores están demostrando que “cada tumor” tiene un patrón distinto y que “no hay dos tumores con las mismas mutaciones”. Para el exdirector del CNIO, el gran reto es aumentar el “armamentarium de fármacos” porque existen “drogas efectivas para muy poquitas mutaciones” y el diseño de nuevos medicamentos no avanza tan rápido como el estudio de los distintos tipos de cáncer.
Siguiendo con esta idea, Miguel Ángel Piris reconoció que en relación al cáncer “todavía no sabemos muy bien cómo es” y subrayó que el objetivo de la ciencia es “entender lo que nos estamos encontrando para después trasladarlo al campo del diagnóstico y la terapia”. Según dijo, la genómica del cáncer está “trasformando la idea” que hoy se tiende de esta enfermedad y “eventualmente” será un instrumento para la “personalización de la terapia y el diagnóstico”.
“Lo que mejor curamos es lo que más conocemos”, añadió Piris, quién explicó que en aquellas enfermedades en las que se ha acumulado mayor conocimiento, como pueden ser “las leucemias y los linfomas”, el porcentaje de pacientes que se curan es “muy superior” al de otras dolencias como “el cáncer de páncreas, de esófago, de estómago o de pulmón” en las que el “menor conocimiento de la patogenia” se traduce en una “peor terapia”.
En relación a su trabajo en el laboratorio, Barbacid explicó que actualmente está trabajando con ratones genéticamente modificados a los que se induce un tipo de tumor “muy parecido al de los humanos” y, en vez de utilizar fármacos para su curación, se emplean técnicas genéricas de manipulación del genoma que permiten eliminar “una diana” que “sospechamos importante para el desarrollo del tumor”. En relación a esto, el oncólogo explicó que “si tuviéramos un fármaco para inhibir esa diana posiblemente ese fármaco fuera efectivo” aunque, precisó, que esto no quiere decir que “vaya a funcionar en humanos”.