La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, condenó hoy el asesinato, en el transcurso de dos incidentes diferentes, de dos periodistas hondureños: Nery Jeremías Orellana, muerto a tiros el 14 de julio, y el reportero de televisión Adán Benítez, asesinado el 4 de julio. La Directora General hizo también un llamamiento para que se lleve a cabo una investigación a fondo de estos asesinatos.
“Condeno el asesinato de Nery Jeremías Orellana y Adán Benítez”, declaró la Directora General. “El asesinato de periodistas constituye un crimen contra la sociedad en su conjunto. La democracia y el estado de derecho necesitan de unos medios libres e independientes que puedan alimentar un debate público bien informado. Pido a las autoridades que lleven a cabo una investigación a fondo de estos crímenes para asegurar que todos son libres en el país para poder ejercer el derecho humano fundamental de la libertad de expresión sin tener que temer por sus vidas”.
Nery Jeremías Orellana, de 26 años, dirigía la cadena Radio Joconguera, en la ciudad de Candelaria. Fue tiroteado el 14 de julio. Orellana era miembro del Frente Amplio de Resistencia Popular (FARP), un movimiento de oposición, y también trabajaba para Radio Progreso.
Adán Benítez, de 42, era reportero de dos cadenas de televisión locales: 45TV y Teleceiba Canal 7. Dos hombres armados le dieron el alto en la ciudad portuaria de La Ceiba, al norte del país, le robaron los objetos de valor que portaba y a continuación le dispararon en la cabeza.
Según Reporteros Sin Fronteras, en lo que va de año tres periodistas han sido asesinados en Honduras. La organización en defensa de la libertad de prensa informa de que en los últimos 18 meses son 12 los periodistas muertos en este país centroamericano.
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La UNESCO es el único organismo de las Naciones Unidas que tiene el mandato de defender la libertad de expresión y la libertad de prensa. El Artículo I de su Constitución declara que la Organización se propone “asegurar el respeto universal a la justicia, a la ley, a los derechos humanos y a las libertades fundamentales que sin distinción de raza, sexo, idioma o religión, la Carta de Naciones Unidas reconoce a todos los pueblos del mundo”. Para lograrlo, la Organización debe fomentar “el conocimiento y la comprensión mutuos de las naciones prestando su concurso a los órganos de información para las masas” y recomendar “los acuerdos internacionales que estime convenientes para facilitar la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y de la imagen”.