Oviedo (E.P.).-Un estudio dirigido por el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo Carlos López Otín ha identificado dos nuevos genes que frenan el cáncer de laringe.
El descubrimiento se ha basado en la secuenciación del genoma de pacientes con este tipo de tumor, según indican desde la Corporación Masaveu en nota de prensa, resaltando que los resultados del proyecto se publican este martes en la revista 'Nature Communications'.
La investigación, que ha contado con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, la Fundación Botín, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, la Obra Social Cajastur y el Instituto de Salud Carlos III, se ha basado en la utilización de secuenciación de nueva generación, una tecnología que permite conocer el genoma completo de una persona o de un tumor de manera rápida y precisa.
Así, científicos de la Universidad de Oviedo, el Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (IMOMA) y el Hospital Universitario Central de Asturias, dirigidos por López Otín, han descubierto que los genes que codifican las alfa-cateninas 2 y 3,
dos proteínas implicadas en el proceso de interacción entre células, están mutados e inactivados en un 15% de los cánceres de laringe.
El equipo secuenció el exoma completo (la parte del genoma que codifica todas las proteínas de una célula), de cuatro tumores malignos de laringe y, tras identificar los genes mutados en
común, analizaron dichos genes en 85 muestras de cáncer de laringe adicionales, hasta concluir que los genes de las alfa-cateninas 2 y 3 estaban frecuentemente mutados en estos tumores.
Asimismo, concluye que la inactivación de estas dos proteínas favorece la progresión tumoral de líneas celulares extraídas de cánceres de laringe y cultivadas en el laboratorio.
Igualmente, al analizar los datos clínicos de los pacientes estudiados, observaron que los tumores que tienen alteradas estas proteínas presentan un peor pronóstico que el resto. De este modo, "la presencia de las alfa-cateninas 2 y 3 frena la progresión tumoral, actuando como productos de nuevos genes supresores tumorales, ya que hasta el momento no se había identificado su implicación en tumores humanos", dicen desde el proyecto.
Con todo, las aplicaciones prácticas de estos descubrimientos podrían ir "desde de la introducción de mejores métodos para anticipar el pronóstico de los pacientes con este tipo de cáncer, hasta el futuro desarrollo de nuevas terapias dirigidas específicamente a contrarrestar las alteraciones que se producen en el comportamiento de las células tumorales con mutaciones en estas proteínas".