Redacción.- Cientos de personas se congregaron en la tarde del lunes en la Basílica de San Juan para dar su adiós a José Velasco del Valle, Pepe el del Cantábrico, llenando el propio templo y la explanada del mismo en la calle del Doctor Casal. La heterogeneidad social del universo amigo del finado se manifestó en el hecho que los hosteleros, siendo muchos, quedaron diluidos entre los asistentes, con una amplia representación institucional, encabezada por el Ayuntamiento de Oviedo y la Delegación del Gobierno, y numerosos empresarios de las distintas ramas industriales, artistas, periodistas, miembros de las familias más nombradas de Oviedo y otros más sencillos que, al igual, contaban entre sus amigos.La relación sería inacabable, por lo que remitimos al lector al testimonio gráfico, con todo y no ser él comprensivo de la totalidad del cariño palpable hoy en el oficio funeral, presidido por el párroco, Javier, quien acercó personalmente el catafalco a la puerta de la iglesia para recibir el féretro de José Velasco.