El director general del Centro de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III y director del Instituto Cardiovascular del Centro Médico Mount Sinai de Nueva York, Valentín Fuster, ha denunciado hoy la “pasividad” de la población con respecto a los factores de riesgo cardiovascular, lo que provoca, a su juicio, un “enorme gasto” sanitario, que podría reducirse mediante “mecanismos obligatorios” para “promover la salud”.
Así lo afirmó durante una rueda de prensa con motivo de la presentación del Curso Magistral ‘The two transitions of the decade 2011-2020. From cardiovascular disease to health & from the heart to the brain’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que pretende, según dijo, actualizar “qué es la enfermedad cardiovascular y adónde nos estamos dirigiendo desde todos los puntos de vista”.
Fuster aseguró que la enfermedades coronarias son “una epidemia que es necesario atajar”, tarea que requiere “una gran comunicabilidad a nivel social” entre los gobiernos, los sectores implicados y la población. El cardiólogo se declaró optimista en este sentido y argumentó que la sociedad empezará a darse cuenta del “impresionante” coste económico que acarrean tratamientos que podrían haberse prevenido.
En ese sentido, se mostró a favor de una legislación restrictiva para combatir problemas como el tabaquismo y la obesidad, puntualizando que “no se trata de atacar la libertad, se trata de responsabilidad”.
El científico, premio Príncipe de Asturias en 1996, explicó que la gente debe empezar a pensar que es “vulnerable” ante la enfermedad. “El público ya sabe cuales son los factores de riesgo y tiene que darse cuenta de la importancia de promover la salud”, manifestó.
“La ciencia es la verdad”, agregó Fuster, quien valoró positivamente la importancia de la educación, sobre todo en los niños, para que puedan tener “una conducta como adultos distinta a la que tenemos nosotros”, dijo.
El doctor explicó que la mortalidad cardiovascular está aumentando, hecho que achacó a la mayor esperanza de vida y a la “epidemia de obesidad” que se vive en el mundo y que afecta cada vez más a los países en vías de desarrollo, debido al tabaquismo, la baja calidad de la dieta y la conservación en sal de los alimentos.
“Nadie escapa del problema”, añadió Fuster, quien se mostró esperanzado ante las nuevas posibilidades de tratamiento que permitirá la “polipíldora”, una pastilla que combina estanina, inhibidor de la ECA y aspirina, y que sustituirá a la triple medicación actual.
Esta píldora, que ya se comercializa en Guatemala y se está probando en cinco países del mundo –entre ellos España- hará, según el cardiólogo, que la medicación sea “más asequible” y al mismo tiempo abaratará los costes de distribución permitiendo una mayor difusión del tratamiento en los países del Tercer Mundo, donde, afirmó, “hay impedimentos importantes” para difundir este tipo de medicinas.
Enfermedad cardiovascular y alzheimer
Fuster señaló que existe una “relación muy importante” entre las enfermedades cardiovasculares y el síndrome de alzheimer, que es “una combinación de un componente celular cerebral y un componente vascular”.
Este último componente, expuso el facultativo, “acelera” la enfermedad de alzheimer y “depende de los mismos factores de riesgo que dan lugar al infarto de miocardio”, como son el tabaquismo, la hipertensión, el colesterol elevado o la diabetes.
Cualquier problema vascular en las pequeñas arterias que riegan el cerebro “afecta al poder cognitivo”, del mismo modo que en las grandes arterias produce el infarto, aseguró el cardiólogo, quien destacó la importancia de este descubrimiento