Madrid.-El Gobierno Rajoy está desarollando la más rápida carrera emprendida nunca por un Ejecutivo conservador para cargarse el sistema de protección social del Estado y poner en manos de capital privado, preferiblemente próximo a sus postulados ideológicos, el patrimonio acumulado por generaciones de españoles. Tal es su prisa, acuciado, como reconocen en privado dirigentes del Partido Popular, por la cada vez más clara posibilidad de un estrepitoso derrumbe en próximas citas electorales, que cuando apenas comienza la privatización de la Sanidad pública, y mientras prosigue la destrucción de la Educación Pública para beneficio del sector privado, se dispone a dar hoy viernes el primer hachazo de los previstos para debilitar primero y talar seguidamente el sistema público de pensiones. Su obsesión, que sólo los pudientes tengan acceso a buenas pensiones, mediante planes privados a los que las capas populares no tienen acceso, al igual que sólo podrá acceder a una buena sanidad quien tenga recursos para ello y sólo podrá acceder a una educación superior quien pueda destinar a ello miles de euros cada año.
Lo más cruel de este acoso y derribo al sistema público de pensiones por parte de un partido que presume de "español", es que viene acompañado de medidas como la subida en más de un 60% de la electricidad, para que se congelen los ancianos, o el impuesto sobre los medicamentos, ahora extendido a los de enfermos de cáncer, hepatitis y otras enfermedades cuyo trágico desenlace se acelerará ante la falta de dinero. El Gobierno parece decidido no sólo a que jubilados y personas dependientes se mueran en la miseria, sino a que además lo hagan entre la tortura del frío invierno, la falta de lavadora o frigorífico, y el sufrimiento insoportable de los dolores de sus enfermedades por no poder pagar los medicamentos.
Hoy se aprobará una rebaja de las pensiones a las que el año que viene se les quitarán otros 35.000 millones de euros. Los mismos que el señor Rajoy ha regalado a la banca.