Por Aeroasturias.-Cuando el aeropuerto de Asturias se encuentra inmerso en la mayor caída de pasajeros y cierre de rutas de su historia, el ministerio de Fomento a través de Aena y la dirección del aeropuerto trabajan para recortar la longitud de la pista condicionando así el tamaño de los aviones que puedan operan y mermando las condiciones para el aterrizaje y despegue de los aparatos en condiciones de meteorología adversa.
El recorte en la longitud de la pista es un hecho mucho más grave que la salida de aerolíneas y pérdida de rutas, ya que repercute directamente en la operatividad del aeropuerto , va en contra de su plan director que contemplaba su ampliación de los 2200 metros actuales hasta los 2400 metros en el año 2020 e imposibilita captar nuevas rutas y aerolíneas poniendo además en serio peligro la operativa de las rutas que ya se operan a destinos como canarias, donde podrían darse restricciones al vuelo según pasaje y meteorología.
150 metros de pista fantasma: Se cambiará la señalística, pinturas e iluminación de aterrizaje y despegue a fin de señalizar la pista con su nueva longitud útil, 2050 metros ya que 150 metros dejarán de estar operativos como pista de aterrizaje y despegue y se utilizarán sólo como continuación de la calle de rodaje hacia plataforma, es decir, se movería el umbral de la pista 29 150 metros hacia el oeste.
Destrocemos lo que ya está construido:
Esa es la máxima de Aena Aeropuertos y la dirección del aeropuerto de Asturias que prevén la licitación de obras para recortar en 150 metros la longitud de la pista del Aeropuerto de Asturias para cumplir así las recomendaciones de EASA (Agencia Europea de Seguridad aérea) debido a la cercanía del sistema antinebla ILS a la cabecera 29.
Ante la necesidad de cumplir las recomendaciones de la EASA en 2016 para facilitar la privatización del aeródromo, la dirección del aeropuerto de Asturias bajo la responsabilidad de su director, Carlos Domingo San Martín Castaño y el paraguas de Aena-aeropuertos y el ministerio de Fomento proponen recortar 150 metros la longitud de la pista de 2200 metros trasladando el umbral de la cabecera 29 del aeropuerto de Asturias sin barajar otras alternativas como alejar las antenas del ILS (que de cualquier modo deberá de ser desactivado durante las obras) decisión que permitiría mantener la infraestructura con su pista de 2200 metros en funcionamiento desde su inauguración en 1968.
Se cerrará al uso parte de la pista actual, recortando la pista de los 2200 metros actuales a 2050, se deberá desinstalar el sistema ILS de ayuda al aterrizaje (antiniebla) durante los trabajos y deberá ser instalado de nuevo y calibrado para su funcionamiento. Estos trabajos mermarán la operatividad el aeropuerto ya que es por la cabecera 29 por donde se realizan más del 80% de los aterrizajes al contar con el sistema antiniebla.
La alternativa a condenar al aeropuerto a su cierre pasaba por ampliar los lindes del aeropuerto dentro del actual área de cautela aeroportuaria y acondicionar la pendiente bajo la cabecera 29, donde se encuentran las antenas del sistema antinieblas para cumplir con las recomendaciones de seguridad de EASA, motivo por el que el año pasado ya se acometieron mejoras en la topografía del campo de vuelo.
Mientras Aena gasta millones de euros en nuevas terminales sobredimensionadas Asturias se enfrenta a una cuestión de vital importancia, asistir al desmantelamiento de su aeropuerto una infraestructura poco potenciada, pero que ahora se ve en peligro desde el punto de vista operacional. Sin un aeropuerto con unos mínimos es imposible la llegada de aerolíneas.
El plan director preveía rellenar parte de la montaña (en verde) para asegurar la longitud de la pista; Ahora Aena reducirá su dimensión en 150 metros destruyendo la actual cabecera.
Mientras Aena invierte en la ampliación de la pista del aeropuerto de Coruña, para alcanzar los 2200 metros que pronto perderá Asturias, la decisión para mejorar el aeropuerto de Asturias, pasa por relegar al olvido lo ya construido. Y las consecuencias llegarán pronto.
Aena asegura que «Las necesidades de pista de aterrizaje de la flota habitual en Asturias -aeronaves de tipo medio como el Airbús A-320 o el Boeing-737- son normalmente inferiores a las que están disponibles»
En esta afirmación radica el error del gestor aeroportuario que pretende que se deje pasar dicha medida. La normalidad no es la tónica en las operaciones aéreas y menos en un aeropuerto como Asturias, castigado por la niebla. Cualquier fluctuación en factores ambientales, impediría que los aviosnes que en la actualidad operan de forma regular en Asturias pudieran hacerlo a plena carga. Es una situación que se repite en la actualidad en el aeropuerto de Coruña:
Es el aeropuerto de Coruña el espejo inverso en el que mirarnos; desde hace años Coruña lucha por ampliar su pista y posibilitar así el despegue de su aeropuerto de características similares al asturiano. En su caso, la cercanía del tejido urbano ha requerido un costoso plan de expropiaciones para posibilitar la expansión. Con la actual pista de 1938 metros Coruña tiene restringidos sus vuelos a destinos como las islas Canarias, donde los aviones del tipo A320 B738 que operan la mayoría de aerolíneas tradicionales y low-cost, como Vueling, Iberia o Ryanair, no pueden operar a pleno rendimiento, penalizando la carga o el número de pasajeros con los que se permite despegar y aterrizar en su pista, por lo que las aerolíneas optan por no ofrecer esos destinos.
Sin embargo tras años de reivindicaciones, la nueva pista de 2200 metros de Coruña estará lista para recibir nuevas conexiones en 2015.
En Asturias, todo está listo para cortarnos las alas. Aerolíneas como Air Europa podrían optar por cancelar sus vuelos a Canarias, aviones como los Airbus A330, trasatlántico de doble pasillo que nos visitó de forma regular este verano con vuelos semanales a Lanzarote no podrían operar en Asturias, cancelando también la operativa de traslados militares.
Aena se olvida de su plan director para el aeropuerto de Asturias que contemplaba la ampliación de la pista en 200 metros.
Aena se olvida de su plan director para el aeropuerto de Asturias que contemplaba la ampliación de la pista en 200 metros.
Fragmento del plan director donde se recoge la posible ampliación de la pista para favorecer la operación de aviones de fuselaje ancho, que en la actualidad si pueden operar desde Asturias.
Es importante conocer las condiciones técnicas que implican recortar la pista actual modificando su longitud operativa.
A la hora de poder aterrizar y despegar los aviones hay que tener en cuenta varios factores, entre ellos, la motorización, el peso del aparato de despegue condicionado por la carga y el pasaje o la carga de combustible según la distancia de vuelo, la altitud respecto al nivel del mar de la pista, su pendiente, la temperatura del aire....
todo ellos factores interrelacionados que hagan que dependiendo del día, la carga, las condiciones meteorológicas o el tipo de avión se "alce el vuelo" en determinado punto de la pista u otro; de ahí la importancia de contar con una pista de 2200 metros que asegure bajo cualquier condición las operaciones de aviones tipo A320 / B3738 (de 180 plazas) en trayecto de 3000 km a plena carga.
El recorte en su longitud amenaza la salida de vuelos que a día de hoy operan sin problemas, como los vuelos en A320 o B738 a Canarias, como ya ocurre en Coruña. Por descontado se podría operar a pleno rendimiento con aviones mayores, como los A330 de doble pasillo que Air Europa ha utilizado este verano. Por ello, en un aeropuerto al borde del mar, y condicionado por el valle en su cabecera, con una meteorología adversa con fuerte niebla, cada metro de pista operativa es vital para asegurar su óptimo rendimiento.
En este sentido, La Federación de Servicios Públicos de UGT ha alertado de que el recorte de 150 metros de pista de aterrizaje que se prevé aplicar en el Aeropuerto de Asturias puede mermar el tráfico aéreo con la comunidad."las consecuencias que esto tendrá de cara a la evolución del Aeropuerto, como por ejemplo las limitaciones del tráfico aéreo, la restricción de entrada a los aviones más grandes o las cancelaciones que se puedan generar durante la obra ya que los equipos que permiten aterrizar en caso de niebla no estarán operativos mientras esta se desarrolle".
También le preocupa "el enorme gasto que conlleva dicha modificación y la escasa operatividad que tendrá el Aeropuerto en el futuro, pues no se trata de una obra de ampliación, sino de restricción"
Es hora de que sindicatos, partidos políticos, Gobierno del Principado y sectores empresariales y sociales se unan para impedir que una infraestructura tan importante como un aeropuerto quede a merced de decisiones que van en contra de su operativa cuando si hay alternativas posibles que están en marcha en otros aeropuertos de la Red Aena.
El aeropuerto de Asturias no se desmantela, es un proyecto de todos. Esperemos esta vez la inacción y la batalla política no sea la tónica ante un grave problema regional.