Por Eduardo.-El “Shûbun no hi” (Equinoccio de Otoño) es la fecha en la que la tradición budista celebra los ritos Higan, que se celebran en los equinoccios de primavera y otoño. Estos ritos se celebran en memoria de los ancestros que han fallecido y es tiempo de ofrecer respeto a los difuntos, visitar las tumbas y hacerles ofrendas.
Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, el otoño de 2013 comienza hoy domingo 22 de septiembre a las 22h 44m hora oficial peninsular. Lo que ocurre hoy es que el día y la noche tienen la misma duración en toda la Tierra, marcando la transición del verano al otoño en el caso del hemisferio norte donde vivo.
Cartel del Jardín Botánico Atlántico. 2013 |
Así que hoy es el día que marca el final del verano, la estación de la plenitud, aunque también es el inicio de una segunda cosecha para muchos productos de la Tierra. De ahí que desde la Antigüedad los pueblos agrícolas hayan multiplicado los rituales en torno a ella para darle la bienvenida y atraer una nueva prosperidad.
Tengo estos días algunas sensaciones como gijonés (o gijonudo que dicen algunos). Sensaciones de que algunas cosas pueden no volver. Como las casetas de la playa….. Sensaciones que quiero compartir....
He encontrado algunas fotos de la playa de San Lorenzo allá por los años sesenta con mas de 600 casetas. Casetas de rayas y de múltiples colores que han configurado una de las estampas mas típicas de Gijón. Casetas que no han estado este año.
La modificación de las costumbres de nuestro mar han hecho que este año el “espacio de arena seca” haya disminuido considerablemente haciendo imposible la presencia estable de las habituales casetas, que –por otra parte- ya habían venido disminuyendo como consecuencia del cambio de los hábitos de las personas que utilizamos la playa. No es un drama. Es ley de vida que los tiempos modifiquen los paisajes y las costumbres, pero para mi supone una pérdida.
San Lorenzo 2012 |
San Lorenzo, 2013. Sin casetas. |
Como un presagio, el cartel de la Semana Negra de este año evocaba las casetas ya a principios del mes de Julio. No se si un presagio de la desaparición de las casetas o un presagio de la propia desaparición del certamen.
Tras varios años de incertidumbre, la Semana Negra de Gijón finalizó esta edición de 2013 con cientos de miles de visitantes recorriendo el “cutre” recinto de estos dos últimos años (el antiguo astillero de Naval Gijón), abarrotado una vez mas de puestos, atracciones y chiringuitos de los más variados productos. Casi un millón de personas. Más o menos la misma cifra de siempre. Lo que ya no cuadra tanto es cuantos se han hecho con un libro. Este año las ventas en las librerías han caído considerablemente. Dicen que ha sido el peor año desde 1992. Quizá la crisis, quizá el sol, quizá un modelo agotado….
26 años de Semana Negra |
A lo largo de estos 26 años la "Semana Negra" ha conseguido evolucionar y la gente la ha seguido sosteniendo a pesar de los ataques sufridos. Tiene que ver con la literatura y la cultura e identifica en el mundo a Gijón(*). El festival cultural más popular de habla hispana. Todo un espectáculo literario en Gijón que siempre se he enorgullecido de esta mezcla entre la cultura y "la grasa". Siempre se ha hablado de cultura popular, de la posibilidad de escuchar la conferencia de un escritor y caminar al rato a por una cerveza o a por una tapa de calamares.
Sin embargo, todo ello me genera la sensación de que ésta puede ser la última Semana Negra que se va a realizar en Gijón. Y a eso se une el presagio: el cartel, las casetas….. ¿Dos escenas que no volverán?.
Lo que parece que seguirá es Tino el Polesu. Y ojala que sea así. Muchos le habéis visto –y oído- en la playa “Agua, cerveza, Coca-Cola!”. No pierde la sonrisa jamás. Dice que estar de buen humor no cuesta nada, que ser humilde es lo que da señorío a las personas y trata de huir de la fama de su personaje. Sus gritos, sus chistes y sus castañuelas ya forman parte de la idiosincrasia veraniega de la ciudad. Tino aparece cuando el solsticio de verano llega a la ciudad y desaparece ahora con el equinoccio.
Tino, su sonrisa y sus castañuelas |