Las mediciones realizadas por el Curiosity revelan que la atmosfera marciana “no contiene metano, o si tiene, es una cantidad mínima”. Los datos obtenidos por el espectrómetro láser del robot indican que la atmósfera del planeta tiene un máximo de 1,3 partes por mil millones en volumen de este gas, seis veces menos que las estimaciones previas, según un estudio publicado en Science.
Nuevos datos procedentes del robot Curiosity de la NASA, que ha estado estudiando Marte desde hace un año, han revelado que la atmósfera del planeta rojo no contiene prácticamente metano, lo que echa por tierra estudios realizados durante la última década en este ámbito.
Estas investigaciones apuntaban a la existencia de trazas de ese gas en la atmósfera marciana, lo que podría significar una posible actividad biológica en el planeta. Pero, como esos estudios fueron realizados desde la Tierra o un satélite orbital, sus resultados nunca fueron considerados muy fiables.
Ahora, un equipo de investigadores de varias instituciones estadounidenses, liderados por Christopher Webster de la NASA, ha analizado las mediciones directas de metano hechas por espectrómetro láser sintonizable del Curiosity. El estudio, publicado en Science, revela que la atmósfera marciana tiene un máximo de 1,3 partes por mil millones en volumen de este gas, seis veces menos que las estimaciones previas.
Los datos invalidan observaciones previas
Según explica a SINC Christopher Webster, “las mediciones realizadas con Curiosity muestran que la atmósfera de Marte no contiene metano, o, si tiene algo, es una cantidad mínima. Por tanto, nuestros resultados no validan las observaciones precedentes que hablaban de una abundancia significativa de este gas en el planeta.
"Reconciliar nuestras mediciones con las observaciones desde tierra o desde la órbita de Marte requeriría la destrucción muy rápida de metano, cientos de veces más eficiente que los mecanismos de destrucción conocidos”, indica.
En su opinión, “esto reduce de forma drástica las posibilidades de que haya habido una actividad biológica en la producción de metano, incluyendo microbios metanogénicos bajo la superficie marciana”.
También limita la cantidad de este gas que podría haber sido generada geológicamente en el planeta o importadas de otro cuerpo celeste, concluye.
FOTO: Autorretrato de Curiosity en Marte. / NASA