Indígenas guaraníes han llevado a cabo una “retomada” (reocupación territorial) de la plantación de caña de azúcar que ocupa ahora su tierra ancestral. El grupo lo dirige una líder indígena, que ha visto a su marido y a tres de sus hijos morir en la carretera junto a la que han vivido diez años.
El mes pasado, el campamento en el que vivían junto a la cuneta de una carretera fue arrasado por las llamas en extrañas circunstancias y recibieron amenazas de muerte por parte de hombres armados. En el año 2009 un grupo de pistoleros prendieron fuego al mismo campamento.
En un comunicado difundido el lunes, Damiana Cavanha, la líder de la comunidad de Apy Ka’y, dijo: “Decidimos reocupar parte de nuestra tierra ancestral, donde hay un pozo de agua buena y restos de bosque”.
“Decidimos regresar a la tierra donde están enterrados tres de nuestros niños atropellados y destrozados por los carros de las haciendas, dos líderes asesinados por los pistoleros de los terratenientes y un anciano chamán de 70 años que murió intoxicado por el veneno esparcido desde un avión agrícola”.
Damiana, líder de la comunidad de Apy Ka’y, junto a los restos de su campamento tras ser arrasado por un incendio. © Spensy Pimentel/Survival |
Esta es la cuarta vez que la comunidad de Apy Ka’y reocupa su tekoha, (tierra ancestral) en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul desde que los terratenientes ganaderos se trasladaron allí hace casi quince años. Cada vez que los guaraníes regresan, los terratenientes los expulsan a la fuerza. Durante los últimos diez años la comunidad ha estado viviendo junto al borde de una carretera en condiciones miserables y arriesgadas.
Los guaraníes de Apy Ka’y corren ahora un grave peligro. Ya han recibido tres amenazas de muerte y afirman que han intentado envenenar su suministro de agua tras la reocupación el domingo.
La hacienda ganadera que ha ocupado su tierra contrata actualmente los servicios de Gaspem, una conocida firma de seguridad, para intimidar a los indígenas. La Fiscalía General de Brasil la ha descrito como una “milicia privada” y ha solicitado su cierre.
Un informe de 2009 de la Fiscalía sobre el trato a la comunidad concluía, “no es exagerado hablar de genocidio”.
“Ante las amenazas de muerte, la pérdida de nuestros familiares y tanto sufrimiento y dolor, el día 15 de septiembre de 2013, por cuarta vez, decididos, volvemos a reocupar nuestra tierra, APYKA’I (Apy Ka’y)", añade Damiana en el comunicado.
“Hemos decidido luchar y morir por nuestra tierra”.
Los guaraníes han estado viviendo diez años junto a una carretera. © Paul Patrick Borhaug |
La situación de Apy Ka’y no es atípica para los guaraníes de Brasil, que cada vez se encuentran más desesperados mientras sufren violentos ataques a manos de los terratenientes ganaderos que ocupan su tierra ancestral.
Desilusionados con el lento progreso del Gobierno en la demarcación de su tierra, varias comunidades guaraníes han llevado a cabo retomadas en los últimos años.
El director de Survival International, Stephen Corry, declaró hoy: “El fracaso del Gobierno para devolver la tierra a los guaraníes es vergonzoso e ilegal y ha sido catastrófico para los indígenas. La presidenta Rousseff es claramente esclava del lobby agrícola, que concentra un poder inmenso e influyente, y parece preparada para limitarse a ignorar sus obligaciones legales. En estas circunstancias, no sorprende que los guaraníes estén tomando cartas en el asunto directamente. Necesitan ayuda desesperadamente, o muy posiblemente serán expulsados y atacados de nuevo."