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|Cinco años después de la quiebra de Lehman Brothers y el comienzo de la peor crisis económica, social y ecológica en décadas, la Unión Europea no ha cumplido sus promesas de regulación del sector financiero. Una urgente revisión es necesaria.
El 15 de septiembre marca el quinto aniversario de la quiebra más espectacular de la crisis financiera de 2007-2008. Ese día, Lehman Brothers, el conocido banco de inversiones de Wall Street, se declaró en quiebra debido a sus desastrosas inversiones inmobiliarias a través de productos financieros. En aquel momento, los líderes europeos hicieron valientes promesas de reformar la regulación financiera en la UE “para responder a las crisis, pero también para evitarlas en el futuro”, dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. Cinco años después, los resultados son tristemente insuficientes.
La crisis financiera trajo una devastadora crisis económica en Europa. El paro ha crecido constantemente hasta alcanzar un nivel récord de casi 26 millones de desempleados, nada menos que un 10,7% de la fuerza laboral, con niveles de paro mucho mayores en la población juvenil. Además, también puso en marcha la crisis del euro que ha acarreado dolorosas medidas de austeridad en casi todos los países de la UE y cientos de miles de millones de euros en rescates a los mismos bancos que en su momento hicieron los préstamos ahora incobrables. Después de haber pagado un precio tan alto, los ciudadanos europeos tienen todo el derecho a pedir a los políticos una acción efectiva que nos asegure frente a un nuevo colapso similar. Pero después de cinco años de “reforma financiera” en la Unión Europea, el resultado es decepcionante.
La evidencia está a la vista: los bancos europeos continúan estando insuficientemente capitalizados y la regulación europea sigue permitiendo a los bancos -como Deutsche Bank y Barclays- pedir prestadas cantidades superiores a las que debía Lehman Brothers antes de su quiebra; los mercados de derivados continúan creciendo y ahora representan un valor mucho mayor que hace cinco años; y pocos de los productos financieros tóxicos han sido prohibidos, ni siquiera algunos de los que tuvieron un papel clave en la crisis.
Una de las razones de este fracaso es la victoria del lobby financiero que se ha encargado de evitar una regulación efectiva. El sector financiero está invirtiendo millones en influir en quienes toman las decisiones y el alarmismo es su principal argumento: estas empresas aseguran que regular las finanzas sería costoso para la sociedad en términos de empleo. En realidad, este argumento es absurdo si se piensa en los costes de la crisis de 2008, contando los rescates bancarios y los millones de personas que han perdido su trabajo.
Las empresas financieras han disfrutado de un continuo acceso privilegiado a los políticos, por ejemplo, en el debate sobre las nuevas normas relativas a bancos y derivados. Como ha señalado en repetidas ocasiones la Alianza para la Transparencia del Lobby y la Regulación Ética en la UE (ALTER-EU), los grupos de expertos de la Comisión y el Consejo estaban y siguen estando dominados por representantes de las grandes empresas financieras. Un grupo creado recientemente para asesorar a la Unión Europea en medidas contra la evasión de impuestos está lleno de representantes del sector de la contabilidad, que juega un papel importante en asesorar a las empresas sobre cómo minimizar sus pagos de impuestos.
Para comenzar una verdadera reforma del sector financiero, son necesarios una serie de primeros pasos:
Un nuevo enfoque democrático de la reforma financiera, que incluya medidas efectivas para frenar la influencia del lobby financiero en Bruselas, revisando los grupos de asesoramiento dominados por el sector financiero y frenando el fenómeno de las “puertas giratorias”, que se refiere a los cargos políticos o altos funcionarios que pasan a trabajar en el sector privado, en este caso en el sector financiero.
Una renovación inmediata y estructural de la agenda de reformas del sector financiero para asegurar que esta espantosa y amarga crisis financiera y económica sirve para fortalecer la regulación y el control democrático del sector financiero, de manera que esté al servicio de la sociedad y financie actividades social y medioambientalmente sensatas. Los primeros pasos para ello incluyen la introducción de una tasa sobre las transacciones financieras, obligar a los bancos a contar con reservas más elevadas, la división de los bancos que son “demasiado grandes para quebrar”, la reducción de la importancia del sector financiero en la economía y acabar con las actividades especulativas como la relativa a los precios de la alimentación.
Medidas rápidas y efectivas para frenar la evasión de impuestos. De acuerdo con los datos de la Comisión Europea, esto supondría un billón de euros al año, lo cual sería más que suficiente para evitar las actuales medidas de austeridad.
Introducir medidas que exijan reponsabilidades a aquellas personas en el sector financiero implicadas en escándalos, engaños a clientes, fraude y actividades criminales. No es aceptable que, en escándalos como el del Libor o la participación del HSBC en lavado de dinero, los bancos cierren un acuerdo financiero mientras las personas responsables se escapan sin ningún tipo de castigo. Los bancos no deben ser nunca “demasiado grandes para ir a la cárcel”.
Los cinco años de reforma financiera han resultado ser una gran decepción. Para los ciudadanos, esto significa que la regulación del sector financiero tiene que estar en la agenda política en los próximos años, incluyendo las elecciones europeas del año que viene, para garantizar que realmente se introducen las reformas que supondrían un verdadero cambio.
Primeros firmantes:
Action from Ireland
ATTAC Austria
ATTAC France
ATTAC Germany
ATTAC Hellas
ATTAC Iceland
ATTAC Norway
ATTAC Poland
ATTAC Spain
ATTAC Vlaanderen
ATTAC-Finland
ATTAC-Ireland
Auditoria a Cidadada Divida Publica – IAC (Port.)
Banktrack
Both Ends (NL)
CADTM Europe
Citizen Debt Audit Platform (Spain)
CNE-CSC Belgium
Corporate Europe Observatory
Ecologistas en Acción (Spain)
European Anti-Poverty Network
European ATTAC Network
European Federation of Public Services Unions (EPSU)
FairFin (Belgium)
Fondazione Culturale Responsabilità Etica (Italy)
Food & Water Europe
Friends of the Earth Europe
Friends of the Earth Flanders and Brussels
Friends of the Earth Ireland
Jubilee Debt Campaign (UK)
Kairos Europe
Les Amis de la Terre (F)
Lost in Europe
Tax Justice Network
transform!italia
Transnational Institute
Veblen Institute for Economic Reforms (F)
War on Want (UK)
World Development Movement (UK)
World Economy, Ecology & Development – WEED (Germany)
Zukunftskonvent