En un par de semanas, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), formado por expertos de todo el mundo que asesoran oficialmente a la ONU sobre la ciencia del cambio climático, aprobarán su último informe sobre los datos científicos del cambio climático. Y mientras los científicos trabajan, hay otros "personajes" que preparan su contraataque con la misma estrategia de siempre: sembrar dudas donde no las hay.
Durante el último cuarto de siglo, la máquina de negación de la ciencia del clima ha estado atacando a los investigadores climáticos y a los informes oficiales de Estados Unidos sobre el cambio climático, con el objetivo de minar la acción frente a los esfuerzos nacionales e internacionales sobre el aumento de la temperatura del planeta.
Nuestro nuevo informe, ''la estrategia de la duda''
describe la historia de esta estrategia que se remonta a los años 90, basada en la ideología del "libre mercado" y no del debate científico legítimo, utilizando una amplia gama de trucos sucios: pseudociencia, coacciones y descrédito a los científicos y una campaña basada en el viejo mantra de la industria del tabaco: "La duda es nuestro producto".
El Instituto Heartland, está apunto de publicar un nuevo informe, el “NIPCC”, en el que cuenta con puñado de personas pagadas por decir falsas premisas sobre la ciencia climática y que niega el aplastante consenso que existe sobre la realidad del cambio climático y cuestiona al IPCC que es el que mejor resume la realidad sobre el cambio climático hasta la fecha.
Esta campaña deslegitimadora ha sido financiada por los ideólogos anti-gubernamentales como los petroleros hermanos Koch, empresas como ExxonMobil y asociaciones comerciales como el American Petroleum Institute.
En nuestro informe exponemos cómo la industria del tabaco ha usado históricamente las mismas tácticas que ahora aplican con ahínco los negacionistas del cambio climático con el fin de frenar la acción de los gobiernos para reducir las emisiones causantes del problema.
Los individuos, las organizaciones y los intereses corporativos que conforman la 'máquina de la negación del cambio climático' ya han causado mucho daño y han disminuido los tiempos de respuesta de los gobiernos y de las entidades responsables de hacer frente al cambio climático.
El contraste es cada vez mayor entre el consenso científico y las voces estridentes de los negacionistas. Mientras la ciencia demuestra de forma cada vez más aplastante que el cambio climático está ocurriendo ahora, que se debe a la contaminación por CO2 y que es urgente reducir sus emisiones de forma drástica, la máquina de la negación climática sigue aireando sus opiniones deliberadamente contradictorias. Y lo peor es que, en los medios de comunicación generalistas y en los políticos, encuentran un eco similar los datos científicos y las proclamas negacionistas.
Fenómenos meteorológicos extremos cada vez más recurrentes, olas de calor, inundaciones, huracanes como el del Sandy, que el año pasado batía récords de intensidad y poblaciones enteras que se ven cada vez más afectadas por los efectos del cambio climático y a las que cada vez les es más difícil acceder a los recursos son algunas de las evidencias de que ya estamos pagando los costos del cambio climático, y los pagamos todos.
De momento los informes científicos nos advierten de que todavía estamos a tiempo de poner medidas para no superar el umbral de los 2ºC y de parar los efectos irreversibles del cambio climático. Por eso es muy importante que se detenga la máquina que niega el cambio climático y que se pidan cuentas por sus acciones.
Tatiana Nuño (@t_nunho), de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace