Por T. Tuñón/Avilés.AM.-Una de las profesiones u oficios más desconocidos para el público en general es la de Luthier, conocida, eso sí, como casi todas las profesiones por sus demandantes, en este caso usuarios de instrumentos musicales, concretamente de cuerda.
Hemos ido a Avilés y entrado en su taller para charlar con Roberto Jardón para conocerlo un poco más.
De niños pensamos que al ser mayores queremos ser futbolistas, policias, médicos, en tu caso, como empezó todo?
Cuando era un niño me apasionaba la música clásica. Ahorraba para comprar casettes, a veces un poco a ciegas y los escuchaba miles de veces hasta que ya sonaban mal. Así conocí a Beethoven , Brahms, Prokofiev… Luego empecé a ir a conciertos. Los instrumentos de la familia del violín me despertaban una atracción especial. La familiaridad con el trabajo en madera que viví en casa de mano de mi hermano y mi padre hacían que el proceso de construir un instrumento pareciese plausible y eso desencadenó un interés apasionado por la luthería.
Los músicos son artistas con muchos años de formación, un artista para los artistas cuanto tiempo tiene que dedicar a la formación?
No tengo muy claro que un luthier sea un artista. Yo no me veo así. Creo que un luthier es un técnico, un artesano que tiene que entender cómo funcionan los instrumentos, que de por sí son complejísimos, tal como muestran las investigaciones más recientes, y por otro lado saber qué es lo que esperan de ellos los intérpretes y cómo ofrecérselo para que la expresión musical tenga los menores obstáculos posibles.
Que tipo de instrumentos son los que reparas?, se llama reparar, restaurar,….?
Trabajamos exclusivamente con los que pertenecen a la familia del violín, es decir , la viola, el violoncello y el contrabajo. Hablamos de reparaciones cuando son trabajos más bien funcionales, mientras que la restauración tiene otros criterios y su objetivo es devolver partes del instrumento a un estado lo más parecido al original sin hacer alteraciones innecesarias. Se “repara” algo que está despegado y se “restaura” por ejemplo el barniz de una zona que se erosionó con el uso, etc.
Cual es el más caro que ha pasado por tus manos para arreglar o corregir?
He restaurado instrumentos italianos antiguos cuyo precio avergüenza reconocer, verdaderos tesoros. No obstante los instrumentos musicales son parecidos a las personas, en el sentido de que todos tienen una voz única, imposible de copiar y con una belleza irrepetible. No recomiendo a los músicos obsesionarse con el precio. Se puede construir belleza a base de esfuerzo y de pasión casi con cualquier instrumento.
Además de reparar lo irreparable ,que más cosas hace un luthier, concretamente tu?
Hoy en día las tareas de restauración llegan a ser tan sofisticadas que se puede hacer prácticamente cualquier cosa. Es un oficio centenario y seguimos aprendiendo día a día. Sin duda la restauración está en el mejor momento de la historia. Además supone una ética de la conservación ya que el dueño de un violín es sólo un usuario más en su larga vida y son un patrimonio de toda la comunidad. Otras tareas incluyen un poco el papel de asesor, tanto comercial como profesional y a veces algo de psicólogo. Normalmente se van estableciendo lazos de sintonía y confianza entre le músico y el artesano que cuida el instrumento. Los intérpretes llegan a desarrollar mucha dependencia de sus instrumentos que son su voz. El mundo de la música es muy rico y muy apasionado.
Que tipo de instrumentos construyes, hay alguno que hayas construido del que te hayas enamorado y no lo hayas querido vender?
Cuando termino un instrumento me gusta tenerlo un tiempo en el taller hasta que se estabiliza y disfrutar un poco de él, pero eso suele chocar con las ganas que la persona que lo ha encargado tiene de estrenarlo. En realidad donde cobra sentido todo lo que hago es en las manos del músico y yo lo percibo así cuando escucho la música que sale de él.
Cual es el tiempo que se tarde en construir un violín?
Siempre se dice que unas doscientas horas “en blanco”, es decir, sin aplicar el barniz, aunque depende mucho de la forma de trabajar y del propio proceso que uno elija. La monitorización acústica es lo que más tiempo lleva en mi caso.
Cuantas personas trabajais en el taller, hay algun tipo de formación para los que quieren seguir esta profesión?, si es así participas como maestro en algún sitio?
Por un lado existen las escuelas de luthería, varias por toda Europa, y por otro el aprendizaje tradicional del oficio en un taller real. Siempre se discute qué es mejor. La ventaja del taller es que las situaciones son infinitas, no son ejercicios. Tampoco hay que desdeñar a los autodidactas, ya que algunos Luthiers excelentes se formaron así. Comparto mi lugar de trabajo con Fernando, que es un violinista estupendo y ya lleva tres años y medio aprendiendo el oficio. A mi me interesa mucho la pedagogía de la luthería , pero orientada al músico, porque existe un gran vacío en su formación y fácilmente se le pueden trasladar conocimientos de una utilidad inmediata. Me parece vital que el intérprete interiorice el funcionamiento de su herramienta y modo de expresión.
En Asturias, hay verdadera afición por la musica de cuerda concretamente?,¿ Debido a la situación actual del pais, no te sería más facil y rentable trabajar por Europa?
Asturias tiene una larga y profunda tradición de gusto por la música clásica y coral, la ópera y la zarzuela. Personalmente siento orgullo de poder contribuir , aunque sea de una forma tan humilde, a que esa tradición perviva y se afiance. No quisiera trabajar en ningún otro sitio.
Roberto Jardón, como señala en la última respuesta, es un hombre humilde que ama su trabajo y al que dedica muchas horas de su vida con verdadera pasión y cariño, entrar en su taller deslumbra por la cantidad de instrumentos heridos que cuelgan de sus paredes esperando volver a ser reparados para deleite de nuestros oidos.
Bien es cierto como dice que los músicos son verdaderos artistas, pero este artesano y su fiel acompañante hacen que el tronco de madera se torne en un hermoso instrumento que cobra vida cual pinocho con la mágia del hada.