Por J.S.. Oviedo.-Un somero vistazo a algunas de las más conocidas publicaciones sobre las reliquias que se albergan en la Cámara Santa de la Catedral, y en su día contenía el Arca Santa, basta para comprobar que el presunto descubrimiento de un trozo de la túnica o manto de Cristo, a raíz de una 'mas precisa' traducción de la inscripción que detalla el contenido del Arca, tiene más de anuncio 'milagro' para consumo del público que de realidad historiográfica. En realidad, estudiosos consultados por AsturiasMundial, que por temor a complicaciones en sus relaciones con el Cabildo o la municipalidad han preferido que no se publique su nombre, llaman la atención sobre lo sorprendente que sería que "en cientos de años nadie en Asturias hubiese sido capaz de hacer una traducción decente de uno de los textos más profusamente estudiados". Vamos, traducido al román paladino, que centenares de investigadores a lo largo de los siglos eran tontos.
Una revisión de la bibliografía más común parece contradecir tan asombrosa tesis con gran facilidad. Para empezar, el padre jesuita Luis Alfonso Carvallo, en su 'Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias --una obra recomendable para quienes se empeñan en ningunear la trascendencia y papel de Asturias en España-- nos permite ver en su libro dedicado a don Alfonso el Casto, dentro de la parte II del título XVII, cuando relaciona el relicario contenido en el Arca, dentro de la larga lista cita "un pedazo de la Sábana en que fue amortajado JesuChristo (...) y en otra parte otro pedazo de su mortaja. Hállase parte de su vestidura sorteada, y en dos partes dos pedazos de la columna donde fue azotado."
Naturalmente, son siglos los que van de entonces a hoy. Pero es que, de nuestro mismo tiempo de hoy es el libro “Las joyas de la Cámara Santa”, de Joaquín Manzanares. En el epígrafe dedicado al Arca Santa en la página 22, se transcribe la traducción de la inscripción realizada sobre los cuatro lados de la tapa del arca que mandó hacer el propio rey Alfonso VI, allá por el siglo XI: "Toda la asamblea del pueblo católico adepta a Dios conozca qué ínclitas reliquias se veneran dentro de las preciosísimas entrañas de la presente arca; esto es: mucho del leño, o sea de la Cruz del Señor; de su vestido, que fue dividido por suertes; del pan deleitable, de que hizo uso en la Cena; del sepulcro del Señor, y de su sudario, y de su santísima sangre…"
En fin, que el anunciado descubrimiento, e implícito 'desasnamiento' de la intelectualidad asturiana está levantando unas ronchas gruesas como llámparas de roca que al inicio de septiembre comenzarán a echar el pus.