El español protagoniza una memorable remontada mientras el alemán fortifica su liderato con otro triunfo
“Para bien o para mal, soy bastante tozudo”, suele explicar de sí mismo Fernando Alonso. Puede que ese rasgo de su carácter le granjee algún encontrozazo en su vida pública, pero resulta una bendición en su faceta deportiva. Le lleva a no decaer nunca, a no perder la esperanza, la concentración, la motivación, la consistencia, a mantener intactas todas sus virtudes al volante pase lo que pase.
Así llegó a disputar el mundial en la última carrera en cuatro ocasiones. El parcial negativo de 1-3 no le afecta, haber perdido dos ante Red Bull y Sebastian Vettel, tampoco, ni siquiera transitar con casi 50 puntos de desventaja sobre el alemán rebasado el ecuador de la temporada. Así que una mala calificación no es un obstáculo. Arrancó noveno sobre el sorprendentemente seco circuito de Spa y tras una primorosa remontada finalizó segundo, tras Vettel, sí, pero sabiendo que había hecho su trabajo y que el equipo ha mejorado el coche y lo seguirá haciendo en las próximas carreras.
Sabe el asturiano por experiencia –son 13 temporadas y cinco ocasiones peleando por la corona-- que la mala suerte llega cuando menos te lo esperas y aguarda a que su gran rival, Vettel, sufra como lo hizo él justo hace un año en este circuito, cuando un accidente múltiple propiciado por Romain Grosjean le dejó fuera de carrera en la salida. Sabe que nadie está libre de una avería, ni siquiera Kimi Raikkonen, capaz de enlazar 27 carreras consecutivas en los puntos. No abandonaba desde el GP de Alemania 2009. Pero los frenos, algo tan fácil de calibrar y con tan pocas averías, condenaron al Lotus y apearon al finlandés de la segunda posición del mundial. Esa es ahora para Alonso gracias a una fenomenal remontada.
“Para realizar una gran salida necesitas reflejos, intuición, suerte, valor y experiencia”, suele decir el piloto de Ferrari. Las cinco entraron en juego para adelantar Grosjean, Di Resta y Raikkonen al paso por la primera curva de “Les Sources”, un ángulo cerrado muy crítico. Alonso eligió el interior, Massa, que iba pareado al asturiano, eligió el exterior y perdió cuatro posiciones. Reflejos, intuición, suerte y experiencia. El valor lo empleó el astuiano para sobrepasar a Mark Webber enfilando la temible Eau Rouge.
Después dió cuenta de Jenson Button y Nico Rosberg para situarse tercero, el podio en solo cinco vueltas. Unas pequeñas variaciones en el alerón delantero y trasero han hecho del F138 un coche más competitivo, sobre todo, en un circuito, que no necesita mucha carga aerodinámica. “El ritmo era bueno, el coche ha mejorado”. Diez vueltas después dio caza a Lewis Hamilton. Los Mercedes habían optado por un coche con más carga aerodinámica que el resto. Les fue bien en la crono sobre agua, pero con la pista seca, fue un hándicap. Rosberg nada pudo hacer ante Alonso. Tampoco Hamilton que perdió el liderato frente a Vettel en la segunda frenada del Gran Premio. “Cuando me vi segundo, ya no podía hacer nada más porque Vettel era dos, tres o cuatro décimas más rápido por vuelta que yo”. En realidad, a partir de la vuelta 15 resultó aburrido porque tampoco nadie me presionaba por detrás”. Los Mercedes no podían, y Webber había perdido sus opciones, como tantas veces en la salida, al pasar de tercero a sexto.
“Fue importante pasar a Lewis en primera vuelta”, reconoció Vettel. A partir de ahí gobernó la carrera como le gusta, sin peleas en la pista, disfrutando de un coche “que se sentía mejor y mejor a medida que iba perdiendo peso”. El alemán no piensa mucho en el campeonato, “ahora quiero disfrutar del triunfo, el segundo en este circuito tan especial”, el cuarto del año que fortifica su liderato.
