Tres hospitales de la provincia de Damasco apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF) han informado a la organización internacional médico-humanitaria de la llegada de aproximadamente 3.600 pacientes con síntomas neurotóxicos en un período de menos de tres horas durante la mañana del pasado día 21, de los cuales 355 fallecieron.
Desde 2012, MSF ha establecido una estrecha colaboración de confianza con las redes de médicos, así como con los hospitales y centros sanitarios de la provincia de Damasco, y les ha proporcionado medicamentos, equipamiento médico y apoyo técnico. Debido a los considerables riesgos de seguridad, ningún miembro del personal de MSF ha podido visitar estos centros.
“El personal médico de estos hospitales proporcionó información detallada a los médicos de MSF sobre un gran número de pacientes que llegaban con síntomas como convulsiones, exceso de salivación, pupilas contraídas, visión borrosa y dificultades respiratorias”, dice Marta Cañas, subdirectora de operaciones de MSF.
Para el tratamiento se utilizaron suministros proporcionados por MSF de atropina, un fármaco indicado para síntomas neurotóxicos. MSF está tratando ahora de reabastecer los almacenes vacíos de dichos centros así como de proporcionar orientación y suministros médicos adicionales.
“MSF no puede confirmar científicamente la causa de estos síntomas ni establecer la autoría del ataque”, enfatiza Cañas, quien añade: “Sin embargo, la información que recibimos acerca de los síntomas de los pacientes, además del patrón epidemiológico de los hechos (la llegada masiva de pacientes en un período breve, el origen de los pacientes, así como la contaminación sufrida por los médicos y trabajadores de primeros auxilios) apuntan claramente a una exposición masiva a agentes neurotóxicos. Esto constituiría una violación del derecho internacional humanitario, que prohíbe el uso de armas químicas y biológicas”.
Además de los 1.600 viales de atropina suministrados en los últimos meses, MSF ha enviado ahora otros 7.000 a los centros de salud de la zona. El tratamiento de pacientes con síntomas neurotóxicos está ahora totalmente integrado en las estrategias médicas de MSF en todos sus programas en Siria.
“MSF espera que investigadores independientes obtengan un acceso inmediato para arrojar luz sobre lo sucedido”, dice Joan Tubau, director general de MSF. “Este último ataque y las enormes necesidades médicas que ha causado se suman a una ya de por sí catastrófica situación humanitaria, caracterizada por la violencia extrema, el desplazamiento de poblaciones y la destrucción deliberada de centros médicos”, dice Tubau, quien apostilla: “Cuando se producen estas violaciones del derecho humanitario, la ayuda humanitaria no puede responder de forma efectiva y se convierte en un sinsentido”.
MSF proporciona atención médica en Siria con dos estrategias diferentes. El personal internacional y nacional de la organización trabaja en seis hospitales y cuatro centros de salud en instalaciones dirigidas totalmente por la organización. En aquellas áreas donde MSF no puede enviar a sus propios equipos debido a la inseguridad o la falta de acceso, la organización ha desplegado durante los dos últimos años un programa de apoyo a las redes médicas sirias, hospitales y puestos de salud con fármacos, equipos médicos y asesoría técnica. A través de este programa, MSF ha prestado apoyo a 27 hospitales y 56 puestos de salud en todo el país.
Desde junio de 2012 a finales de junio de 2013, los equipos de MSF han realizado 55.000 consultas médicas, 2.800 cirugías y 1.000 partos en el país. Además, los equipos de MSF han proporcionado más de 140.000 consultas a los refugiados sirios en países limítrofes.