El acuerdo permite la fabricación de nuevos genéricos que ampliarán el acceso al tratamiento del VIH/sida en muchos países en desarrollo. Sin embargo, varios países con altas tasas de la enfermedad han quedado fuera de la licencia de Gilead y deberán aplicar medidas excepcionales para acceder a estos medicamentos
El Fondo de Patentes de Medicamentos, creado en 2010 por UNITAID (organización internacional para promover el acceso a medicamentos para el sida, la malaria y la tuberculosis) ha llegado a un acuerdo con los laboratorios Gilead Pharmaceutical Scienses, en el que la compañía compartirá los derechos de propiedad intelectual de varios medicamentos para el VIH/sida con dicho fondo para que se puedan fabricar nuevas versiones genéricas a precios más asequibles para los países en desarrollo.
“El acuerdo de licencia constituye un avance respecto a lo que otras farmacéuticas están haciendo para garantizar el acceso de los países en desarrollo a sus medicamentos contra el VIH/sida patentados”, apunta Michelle Childs, directora de Políticas e Incidencia de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales (CAME) de MSF. “Pero la noticia debe acogerse con cautela, porque la licencia de Gilead deja las cosas como hasta ahora en varios países clave. Hay que hacer más para que el Fondo de Patentes pueda cumplir su misión de ofrecer una solución a todas las personas seropositivas. Esta licencia no debería ser un modelo para futuros acuerdos”.
Aspectos positivos
El lado bueno de la licencia es que permite la producción de versiones genéricas de dos medicamentos en fase de desarrollo, cobicistat y elvitegravir, dos ya existentes, emtricitabina y tenofovir, de vital importancia para el tratamiento del VIH/sida, y una combinación de todos ellos, también en desarrollo, conocida como ‘Quad’. De este modo, las nuevas opciones de tratamiento llegarán a los países de rentas altas al mismo tiempo que a los de rentas bajas, cuando suelen hacerlo con años de diferencia.
La licencia también permite el desarrollo de nuevas combinaciones de dosis fijas y de medicamentos adaptados a los niños. Cabe destacar que es la primera de su tipo que incorpora explícitamente la posibilidad de recurrir a salvaguardas especiales para la protección de la salud pública. Es decir, permite la exportación de medicamentos a los países excluidos por la licencia, si sus gobiernos deciden anular la patente mediante la emisión de una licencia obligatoria, así como la ruptura del acuerdo por parte de los fabricantes de cualquiera de los medicamentos cubiertos, si Gilead pierde una patente debido a una acción legal. Además, el acuerdo se ha hecho público, lo que sienta un importante precedente de transparencia.
Asimismo, se espera que este acuerdo anime a otros grandes laboratorios a colaborar con el Fondo de Patentes, y que suponga un cambio de mentalidad de la industria farmacéutica respecto al espinoso problema del acceso a medicamentos en el mundo en desarrollo.
Aspectos negativos
La parte negativa más evidente de la licencia es que queda lejos de satisfacer plenamente las necesidades de salud pública relativas al VIH/sida. No sólo limita la competencia, y por tanto la bajada de precios, al permitir la fabricación a tres laboratorios de un único país, India, sino también las opciones de suministro de los ingredientes activos necesarios para la elaboración de los medicamentos. Y, lo que es más importante, excluye a las personas seropositivas de determinados países de ingresos medios. Si iniciativas voluntarias como el Fondo de Patentes no pueden garantizar el acceso a medicamentos esenciales, los países que quedan fuera tendrán que echar mano de medidas no voluntarias, como las licencias obligatorias contempladas en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC) de la Organización Mundial del Comercio.
Entre los países excluidos por las licencias de Gilead se encuentran algunos en los que MSF empezó a suministrar tratamiento del VIH/sida hace 10 años.
“En Latinoamérica y Asia, traspasamos muchos programas de VIH/sida a las autoridades locales confiando en que podrían suministrar el tratamiento a las personas que lo necesitan para sobrevivir”, explica Tido von Schoen-Angerer, director ejecutivo de la CAME. “Si la población de los países de ingresos medios queda fuera de este tipo de acuerdos, los gobiernos deberán emitir licencias obligatorias para vencer las barreras impuestas por las patentes”.
Barreras a superar
El Fondo de Patentes nació con el objetivo de dar acceso a medicamentos a todas las personas de los países en desarrollo. Todos los fabricantes que cumplan los estándares de calidad deberían poder servirse de las licencias del Fondo para producir y vender. Algo que no garantiza este acuerdo, ya que ha dejado fuera a los fabricantes farmacéuticos tailandeses y brasileños, que tienen la capacidad y calidad de producción requerida.
El acuerdo parte de los contratos firmados en 2006 entre Gilead y los fabricantes de medicamentos genéricos que producen tenofovir, piedra angular de la mejora del tratamiento del VIH de primera línea. Aunque les permite fabricar los nuevos medicamentos que desarrolle Gilead, no resuelve el problema del suministro a países con barreras de patentes, como China.
“Las compañías que actualmente negocian con el Fondo de Patentes deberían acordar licencias que satisfagan mejor las necesidades de salud pública”, afirma Michelle Childs. “Esperamos que todas, Johnson & Johnson, Abbott y Merck incluidas, añadan sus patentes al Fondo. Y también que los países excluidos de este acuerdo utilicen todas las medidas a su alcance, como las licencias obligatorias, para mejorar el acceso de sus ciudadanos a los medicamentos para el VIH/sida
Foto:medicamentos. wikipedia