Por S. Suárez/AM.-Asturias desde hace siglos ha parido grandes pintores. Algunos  muy renombrados en su época  como Juan Carreño Miranda , artista Barroco que retrató a la Corte madrileña  o Darío de Regollos , formado en Bélgica  y que dominaba a la perfección el Puntillismo.

Otros sin embargo tuvieron un papel más modesto fuera de nuestras fronteras aunque no  por ello fueron menos genios del pincel.  Ya por sus ideas política, o  por su condición femenina como Carolina del castillo a la que dedicaré un artículo, nos  han pasado más desapercibidos

Hoy quiero hacer mención a un artista gijonés , José Riera, virtuoso del óleo y la acuarela que gozó de gran prestigio dentro y fuera de nuestra región durante las últimas décadas del siglo pasado.

Actualmente  retirado, por motivos de salud, tan solo pinta para su deleite, porque lleva la pintura en las venas.

He tenido la fortuna que su esposa, Isabel Sánchez, en el estudio de Riera, me hablase de la vida de este pintor. De aspecto enjuto, cuerpo de treintañero al mantiene a raya a base de caminatas con su cámara en ristre para poder captar un amanecer en la montaña o una puesta de sol en nuestro mar, para luego crearlas sobre el lienzo o cuaderno de dibujo..

Nacido en el año cincuenta y uno, Hijo de una familia modesta, vecino de el barrio Gijonés de La Braña.

A los quince años  entró a trabajar en Foto Alba como aprendiz. Ahí nace su afición por la fotografía algo imprescindible a la hora de plasmar las imágenes que luego representaría en sus cuadros.

Una enfermedad que lo obliga a guardar reposo durante un tiempo, despierta su afición por la pintura, comenzando a dibujar bocetos sobre todo lo que le rodea.

Comienza a practicar en la Agrupación Gijonesa De Bellas Artes, sita en el antiguo Instituto Jovellanos de Gijón, de forma casi autodidacta aprendiendo de otros alumnos más aventajados e investigando diferentes técnicas. Urbano Cortina fué uno de esos compañeros que le ayudó en sus comienzos y un gran amigo a posteriori.

Su primera exposición la realizó a los veintitrés años cosechando un gran éxito. A partir de entonces se sucedieron cientos de ellas por todo el territorio nacional y en algún país europeos.

Algunas de sus obras podemos encontrarlas en el Museo de la Siderurgia, el Ayuntamiento de Gijón o en el banco Bilbao Vizcaya en Oviedo

La pintura de Riera es vitalista, cargada de sinceridad y realismo. Para lograrlo nunca ha dudado en convivir con pescadores o pastores, saliendo al mar en barca o caleyando  el monte con el ganado para captar esos impresionantes momentos.

O adentrarse en un poblado gitano con el beneplácito de los patriarcas reflejando luego en sus cuadros escenas que parecen sacadas del pasado.

Riera posee una sensibilidad casi femenina para mostrar sin aditamentos, pequeños detalles. Como las manos nudosas de una anciana sujetando una guiada o los mortecinos destellos de la luz de un candil.

Gracias Isa Y Pepe por haber compartido conmigo parte de vuestra vida y tu arte. Y ver  que no hace falta salir de nuestra tierra para descubrir grandes artistas.