Pese a la reapertura de los mercados en la ciudad libia de Misrata, la población continúa sin poder acceder a la comida, según un equipo de la ONU que acaba de terminar una misión de evaluación humanitaria.
Las autoridades locales indicaron que el alto precio de los alimentos, la escasez de suministros y la falta de dinero en efectivo impiden a los habitantes la compra de comida.

El equipo de Naciones Unidas, compuesto por varias agencias, también constató que las necesidades en el área de salud son importantes debido a la interrupción en el suministro de medicamentos.

La ciudad, en la que vive más de medio millón de personas, está rodeada por las fuerzas del Gobierno, lo que dificulta el acceso de las agencias humanitarias que sólo pueden llegar a ella por mar.

Además, los miembros de la misión descubrieron la existencia de numerosos restos de explosivos que no han estallado y ponen en peligro la vida de los habitantes y los trabajadores humanitarios.