Por Fernando Bazán/Noticiasdesiria.blogspot.-El vicecanciller ruso, Gennady Gatilov, dijo que se esperan más conversaciones a finales de agosto en la preparación de la Conferencia de Ginebra 2 -cuyo objetivo es sentar a los rebeldes y opositores sirios junto al gobierno del presidente Bashar Al-Assad- pero adelantó que “es poco probable que suceda en septiembre, porque hay diferentes eventos, entre ellos la "semana ministerial" en la Asamblea General de ONU." Rusia y EEUU acordaron la semana pasada que la conferencia debería tener lugar tan pronto como sea posible, pero no ofrecieron un plan concreto para llevar a los lados en el conflicto a la mesa de negociaciones, y el propio Gatilov precisó que "Estamos a favor de que esto ocurra lo más pronto posible, pero tenemos que ser realistas en cuanto a las circunstancias que puedan afectar el foro."
La oposición siria, incluidos los miembros de la Coalición Nacional, elaboraron un plan de transición que incluye un llamado a la reconciliación y a la justicia nacional para "todas las víctimas de Siria"; el plan de trabajo se presentará en su totalidad mañana, en presencia de Ahmad Jarba, líder de la Coalición Nacional, pero no aun ha sido aprobado oficialmente por el grupo de oposición. En el comunicado se dijo que "La reconciliación nacional se logra a través de un proceso de justicia transicional mucho tiempo en el que la justicia está garantizado para todas las víctimas de Siria". Las propuestas también requieren reestructurar las fuerzas de seguridad sirias a desarraigar a los funcionarios corruptos, la desmovilización de todos los grupos armados y su reintegración en la sociedad siria.
El plan fue redactado por cerca de 300 activistas, entre ellos los jefes militares y miembros del principal grupo de la oposición, pide una nueva asamblea nacional redactaría una constitución basada en una anterior escrito en 1950. Las más de 200 páginas del plan explican con detalle, paso a paso la mejor manera de gestionar una transición en el caso que el régimen del presidente Bashar Al-Assad sea depuesto; se argumenta a favor de tribunales de guerra -que se celebrará en Siria con expertos internacionales- y un gobierno híbrido, con un presidente y un parlamento que ofrezca control y equilibrio, además de un poder judicial independiente.
El Primer Ministro sirio, Wael Al-Halqi, dijo en una entrevista de la cadena iraní al-Alam TV que Occidente no es serio sobre la búsqueda de una solución política a la crisis de Siria al tiempo que subrayó el compromiso de su gobierno con la resolución del conflicto; además Al-Halqi destacó que "la otraparte no tiene ni claras posturas ni visión clara y hay contradicciones entrelas filas de la oposición. Como gobierno, apoyamos cualquier solución pacífica que podría conducir a un futuro democrático, plural y política de Siria".
Las declaraciones de Al-Halqi se pueden aplicar también para el propio gobierno sirio. Han pasado casi dos semanas desde que ONU dijo que el gobierno sirio había accedido a que un equipo de expertos viaje a tres sitios donde se afirma que se han utilizado armas químicas; la investigación de la ONU, liderada por el científico sueco Ake Sellstrom, sólo tratará de establecer si se utilizaron armas químicas, no quién los usó.
ONU dio su aprobación para la investigación el 31 de julio, después de un "entendimiento" alcanzado durante las reuniones en Damasco entre el gobierno sirio y ONU -representada por la Jefa de la Oficina de Desarme de ONU Angela Kane y Sellstrom- sobre los sitios que serían investigados.
Fuertes enfrentamientos se han registrado en diferentes partes de Siria, un día después de que al menos 120 personas murieron en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes; los combates de hoy se intensificaron en Deir Al-Zour, en torno a Damasco, Homs y Alepo. La mayoría de las muertes ocurrieron en Deir al-Zour –al Este del país- y en Latakia, corazón de los alawita, secta presidente sirio Bashar Al-Assad.
A falta de una intervención militar a gran escala que le permita a un lado una victoria decisiva, los combatientes en Siria es probable que permanezcan enfrascados en una guerra de desgaste, que se ha transformado en un teatro de enfrentamientos entre los Estados árabes e Irán, Rusia y Occidente, sunitas y chiitas. Las guerras civiles terminan cuando gana un oponente, cuando los combatientes negocian un acuerdo o cuando las partes llegan o perciben que están en un punto muerto; esta última opción aparece en un escenario en el que ninguna de las partes es capaz de alcanzar una victoria militar -a causa de las muertes masivas, agotamiento de las municiones, pérdida de apoyo externo, etc.- y trata de romper el estancamiento.
Siempre y cuando las partes en conflicto reciban el apoyo incondicional de sus patrocinantes internacionales, no tendrán ningún incentivo para deponer las armas. Los gobiernos occidentales y sus homólogos regionales deberán reevaluar el conflicto, sus metas finales y encontrar una zona de acuerdo. Proporcionarle apoyo militar, tanto al régimen sirio como a la oposición, sin ejercer simultáneamente una presión tangible en ambos bandos para dar pasos hacia una solución política presagia que el conflicto será largo y sangrienta.
La guerra civil siria ha pasado el punto donde las partes no están dispuestas o son incapaces de llegar a una solución por sí mismas, por lo que es imperativo que se fijen condiciones estrictas de seguridad para que los combatientes - régimen y oposición- se vean forzados a sentarse en una mesa de negociaciones sin injerencias externas.