Por Manuel García Linares/Navelgas.-Asturias es una tierra prodigiosa, que los asturianos no nos merecemos, porque al igual que si tuviésemos una buena compañera, hacendosa y espléndida, la usáramos de mala manera, maltratáramos y la despreciáramos, ¡ah!; eso si, presumiendo de ella: No en vano yo siempre he dicho que Asturias, desde fuera se sueña y dentro se padece; pero no se padece la naturaleza, se padece a sus moradores que no sanemos apreciar la bondad y la belleza. Nos hemos inmerso en el significado mas vulgar del oro,- el del poder y la riqueza – por ello no apreciamos su belleza, semejante a una luna llena o al brillo del nacimiento de un nuevo día con el dorado del astro rey.
Cuando empezamos con las practicas del bateo de oro, brindado por los cauces de nuestro ríos y arroyos, descubrimos la posibilidad de equipararnos a otros pueblos mas aventajados, al hallar en estas aguas cristalinas un tema mas para ofertar como atractivo turístico o, como mas tarde nos enteramos, como terapia relajante para combatir enfermedades derivadas, fundamentalmente, de la droga y el alcohol, por ello no queríamos quedarnos en el mero echo de una oferta inerte del inevitable museo, se había proyectado algo mas interactivo en unas jornadas en torno a la cultura del oro, y eso es lo que está llevando a cabo, con su inquietud, Luis Sanfíz, con el Certamen que el preside.
Ya la tengo...
Luis Sanfíz, de humilde origen, al menos tan humilde como la mayoría del pueblo, es un hombre de ilimitado amor a su lugar y al género humano, ha colaborado constantemente con la Cruz Roja, con O.N.G. Con la Asociación Reto contra la droga, ha sido fundador de la Asociación Barciaecus de bateadores de Oro, de la Asociación El Arbedeiro y actualmente preside la “Enrique Sanfiz”, de buscadores de oro; el ha sido el principal impulsor del Museo del Oro y junto su familia y a Pedro Queipo siempre han estado dispuestos a acompañar, altruistamente, a cualquier visitante que se interesase por nuestra cultura. Ama profundamente a su lugar y por ello sufre, tiene constantes iniciativas y busca colaboración para ponerlas en marcha, evitando, de esta manera el cargar sobre “presupuestos públicos”. Por ello, y con algo de esfuerzo pone anualmente en marcha un maravilloso proyecto en torno a la cultura del oro.
¿Será o no será...?
Un año mas, Navelgas organiza el VIII Certamen “Enrique Sanfiz” de buscadores de oro; este certamen tiene como finalidad el ahondar en la cultura del oro en sus mas diversas facetas, de como aparece en la naturaleza, de sus utilización para el alago de la belleza y las vanidades humanas, su su aportación a la industria joyera y relojera o la industria mas puntera de la informática y los satélites, por ello se hace una jornada de bateo de oro en uno de los ríos de la comarca, este año es el río “Yerbo”, en el lugar de su propio nombre, para tras un comida de convivencia, clausurar el certamen con una conferencia que en esta ocasión ha estado a cargo de los investigadores Emilio y José Luis Pérez quiénes disertaron sobre el gran numero de minas, la mayoría romanas, y de la formación geológica de la comarca.
Un culín para refrescar
En Yerbo nos hemos juntado mas de sesenta personas que en medio de unas aguas tranquilas, entre sol y sombra, hemos podido gozar de las explicaciones de unos expertos, permitiendo, que la mayoría de los asistentes, pudiesen salir del ríos llevando en su haber el logro alcanzado de un preciado trofeo; las pepitas de oro. Familias completas, de niños a abuelos, procedentes de los mas diversos lugares disfrutaron, viendo con sus propios ojos como se logra alcanzar el metal mas codiciado por la humanidad en medio de un entorno natural que no pide a cambio, mas que amor y respeto.
No podemos evadirnos de la crisis, pero si podemos meditar en torno a ella, teniendo en cuenta, como dicen los de Asociación Reto, que con trabajo y disciplina todo se alcanza. Se acabó, por mucho tiempo, la época de vacas gordas, ahora nos toca lindar con las flacas, pero si enfocamos la vida con imaginación, nos daremos cuenta que estábamos labrando fuera del riego y hay que volver a el, todo es mas fácil si evitamos lujosas necesidades o nos olvidamos de convertirlo todo en una fiesta.
La cultura del oro, al igual que la de la agricultura, nos puede ayudar.