- Paradójicamente, es la comunidad autónoma que menos superficie total protegida tiene en la franja de los primeros 500 metros, solo un 27%
- Llanes ha ocupado la franja de los primeros 500 metros de costa más de un 75% en tan solo 18 años
- Gijón es el municipio con mayor porcentaje de superficie ocupada en la costa
Asturias.-Greenpeace ha presentado en rueda de prensa, la decimotercera edición del informe Destrucción a toda costa 2013 en el que por primera vez y mediante el uso de imágenes de satélite se analiza, municipio por municipio, la situación de los primeros 500 metros de costa de Asturias. De entre los 20 municipios litorales del Principado, Greenpeace señala cuáles han sucumbido más a la burbuja inmobiliaria pero también qué municipios tienen una costa más protegida. Además el informe muestra las tendencias futuras de ocupación del suelo litoral para el año 2030. Greenpeace concluye que la ocupación de la primera línea de costa ha sido masiva y que este proceso se verá reforzado por la nueva Ley de Costas, que supone una nueva herramienta para seguir urbanizando el litoral.
"Los datos de nuestro informe muestran una costa inundada de ladrillo. Sirven para reflexionar sobre lo que ha sucedido y decidir qué tipo de gestión del litoral queremos en el futuro. Ahora, los alcaldes y alcaldesas tienen en su mano la protección del litoral y el desarrollo económico sostenible de sus municipios", ha declarado María José Caballero, directora de Campañas de Greenpeace.
Los municipios más destruidos de Asturias
Para entender la magnitud de la destrucción basta con señalar que la franja de los primeros 500 metros de costa representa tan solo 0,55% de la superficie de suelo del Estado. Y en Asturias, un 1,32%. Asturias tiene un 9% de superficie artificial en la franja de los 500 metros de costa, y es la comunidad que menos porcentaje tiene destruido respecto a la superficie total en la franja de 500 metros. Paradójicamente, la costa asturiana es la que menos superficie total protegida tiene respecto a la total en esta franja, con solo un 27%.
A escala municipal Llanes, Valdés, Tapia de Casariego, Carreño y Gozón son los cinco municipios que más rápido han destruido su patrimonio natural durante los años de burbuja inmobiliaria.
Por otro lado, si se añade el valor del porcentaje de superficie construida en los primeros 500 metros de costa: Gijón con el 67% de la franja de los 500 primeros metros urbanizados, Carreño con el 33% o Castrillón con el 18% son los municipios que más han destruido esta franja costera.
La costa más protegida
Greenpeace señala positivamente 12 municipios de Asturias en la lista de los 155 municipios que han construido menos en su primera línea de costa, con apenas un 3,2% de ocupación en la franja de los primeros 500 metros de costa. Frente a aquellos municipios que han destruido el litoral, otros han optado por proteger una parte importante de su costa. Sin embargo, muchos municipios ven en la protección ambiental un escollo económico y promueven activamente la desclasificación de los espacios protegidos. Sin embargo, ninguno de ellos tienen una herramienta de protección efectiva (como Parque Nacional costero) para blindarse frente a la construcción.
Cambio climático
La construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa aumenta exponencialmente el riesgo por efecto del cambio climático y mayor exposición a inundaciones o a torrentes. La conservación del estado natural de la franja de los primeros 500 metros es esencial, ya que actúa como barrera de protección. Asturias verá aumentar su nivel medio del mar así como su cota de inundación y de rebase. Para amortiguar los posibles impactos en puertos, se necesitará aumentar el tamaño de las estructuras en talud, de las zonas muy expuestas al oleaje exterior hasta un 20%.
Aunque muchos municipios ya tienen urbanizado más del 90% de su costa, otros todavía disponen de buena parte sin urbanizar. La nueva Ley de Costas permite que se reduzca la protección de 100 a 20 metros en determinados tramos lo que significa que si se sigue construyendo en estas zonas, la costa sufrirá un colapso total en 124 años. En este periodo de tiempo, la franja de los primeros 500 metros estaría construida y en 158 años la del primer kilómetro.
"A pesar del parón absoluto de la construcción a partir de 2008, la principal amenaza actual es la cantidad de suelo declarada como urbanizable aunque no urbanizada o los nuevos impulsos del sector turístico residencial. Además, con la excusa de la crisis económica y debido a los recortes, existe el riesgo de que cualquier proyecto de construcción pueda ser aprobado por unos controles más laxos o inexistentes. Ya lo hemos visto con la nueva Ley de Costas", ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña de Costas.
La nueva Ley de Costas, lejos de fortalecer la protección del litoral, permite nuevas formas de explotación. La costa, que en la anterior ley se contemplaba como un recurso natural finito, se transforma en este nuevo texto en una superficie de desarrollo económico. Sin embargo, todavía existe una oportunidad si se empiezan a tomar medidas municipio por municipio.
Greenpeace propone las siguientes medidas: los municipios deben declararse insumisos en la aplicación de la nueva Ley de Costas y la UE debe parar esta nueva Ley, los planes urbanísticos municipales deben ser revisados para no permitir más construcciones, los parques naturales deben ser respetados, no de debe construir en zonas de riesgo por cambio climático y además se debe promover una fiscalidad verde para favorecer a los municipios mejor conservados. La participación ambiental debe ser fundamental en todos estos procesos.
"Los datos de nuestro informe muestran una costa inundada de ladrillo. Sirven para reflexionar sobre lo que ha sucedido y decidir qué tipo de gestión del litoral queremos en el futuro. Ahora, los alcaldes y alcaldesas tienen en su mano la protección del litoral y el desarrollo económico sostenible de sus municipios", ha declarado María José Caballero, directora de Campañas de Greenpeace.
Los municipios más destruidos de Asturias
Para entender la magnitud de la destrucción basta con señalar que la franja de los primeros 500 metros de costa representa tan solo 0,55% de la superficie de suelo del Estado. Y en Asturias, un 1,32%. Asturias tiene un 9% de superficie artificial en la franja de los 500 metros de costa, y es la comunidad que menos porcentaje tiene destruido respecto a la superficie total en la franja de 500 metros. Paradójicamente, la costa asturiana es la que menos superficie total protegida tiene respecto a la total en esta franja, con solo un 27%.
A escala municipal Llanes, Valdés, Tapia de Casariego, Carreño y Gozón son los cinco municipios que más rápido han destruido su patrimonio natural durante los años de burbuja inmobiliaria.
Por otro lado, si se añade el valor del porcentaje de superficie construida en los primeros 500 metros de costa: Gijón con el 67% de la franja de los 500 primeros metros urbanizados, Carreño con el 33% o Castrillón con el 18% son los municipios que más han destruido esta franja costera.
La costa más protegida
Greenpeace señala positivamente 12 municipios de Asturias en la lista de los 155 municipios que han construido menos en su primera línea de costa, con apenas un 3,2% de ocupación en la franja de los primeros 500 metros de costa. Frente a aquellos municipios que han destruido el litoral, otros han optado por proteger una parte importante de su costa. Sin embargo, muchos municipios ven en la protección ambiental un escollo económico y promueven activamente la desclasificación de los espacios protegidos. Sin embargo, ninguno de ellos tienen una herramienta de protección efectiva (como Parque Nacional costero) para blindarse frente a la construcción.
Cambio climático
La construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa aumenta exponencialmente el riesgo por efecto del cambio climático y mayor exposición a inundaciones o a torrentes. La conservación del estado natural de la franja de los primeros 500 metros es esencial, ya que actúa como barrera de protección. Asturias verá aumentar su nivel medio del mar así como su cota de inundación y de rebase. Para amortiguar los posibles impactos en puertos, se necesitará aumentar el tamaño de las estructuras en talud, de las zonas muy expuestas al oleaje exterior hasta un 20%.
Aunque muchos municipios ya tienen urbanizado más del 90% de su costa, otros todavía disponen de buena parte sin urbanizar. La nueva Ley de Costas permite que se reduzca la protección de 100 a 20 metros en determinados tramos lo que significa que si se sigue construyendo en estas zonas, la costa sufrirá un colapso total en 124 años. En este periodo de tiempo, la franja de los primeros 500 metros estaría construida y en 158 años la del primer kilómetro.
"A pesar del parón absoluto de la construcción a partir de 2008, la principal amenaza actual es la cantidad de suelo declarada como urbanizable aunque no urbanizada o los nuevos impulsos del sector turístico residencial. Además, con la excusa de la crisis económica y debido a los recortes, existe el riesgo de que cualquier proyecto de construcción pueda ser aprobado por unos controles más laxos o inexistentes. Ya lo hemos visto con la nueva Ley de Costas", ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña de Costas.
La nueva Ley de Costas, lejos de fortalecer la protección del litoral, permite nuevas formas de explotación. La costa, que en la anterior ley se contemplaba como un recurso natural finito, se transforma en este nuevo texto en una superficie de desarrollo económico. Sin embargo, todavía existe una oportunidad si se empiezan a tomar medidas municipio por municipio.
Greenpeace propone las siguientes medidas: los municipios deben declararse insumisos en la aplicación de la nueva Ley de Costas y la UE debe parar esta nueva Ley, los planes urbanísticos municipales deben ser revisados para no permitir más construcciones, los parques naturales deben ser respetados, no de debe construir en zonas de riesgo por cambio climático y además se debe promover una fiscalidad verde para favorecer a los municipios mejor conservados. La participación ambiental debe ser fundamental en todos estos procesos.
FOTOS: Greenpeace