Hasta ahora, para controlar la turbulencia eléctrica en el corazón se utilizaban impulsos eléctricos de alta energía, que pueden provocar efectos secundarios graves que incluyen daño en los tejidos y dolor traumático. Ahora, un nuevo estudio plantea un enfoque totalmente diferente.
“Una secuencia de pulsos eléctricos débiles perturba el sistema en el que es más susceptible, es decir, cerca de los núcleos de vórtices, y progresivamente se sincroniza el tejido”, explica a SINC Stefan Luther, investigador del Instituto Max Planck de Alemania, que ha dirigido el trabajo junto a Flavio Fenton, de la Universidad de Cornell (EE UU).
La nueva técnica, probada en perros, es conocida como ‘estimulación de baja energía contra la fibrilación’ (LEAP, por sus siglas en inglés). Los resultados, publicados esta semana en la revista Nature, muestran que reduce la energía en un 84% en comparación con la desfibrilación estándar.
Un problema de ritmo
“Este método abre el camino para la terminación indolora y no perjudicial de las arritmias cardiacas”, subraya Fenton. Los autores estiman que su método funciona mediante la estimulación de las heterogeneidades naturales, como los vasos sanguíneos y el tejido graso, para redistribuir la corriente alrededor del corazón y restaurar el ritmo sinusal normal.
La fibrilación es uno de los trastornos del ritmo cardíaco en la que una de las cámaras del corazón desarrolla múltiples circuitos de reentrada, y hace que los impulsos se vuelvan caóticos y las contracciones se vuelvan arrítmicas. La fibrilación puede afectar a los atrios -fibrilación atrial- o a los ventrículos -fibrilación ventricular-.
FOTO: La técnica se ha probado en corazones de perros. Imagen: thevirtualheart.org