Por OIP Guinea Ecuatorial.-Las últimas noticias de la prensa española vuelven a relacionar al famoso golpista ecuatoguineano con el llamado “asunto Bárcenas”: la acusación particular del caso ha solicitado que Moto declare junto a otros testigos del mismo.
Y es que la relación de Severo Moto con el Partido Popular (partido político español en el poder actualmente) no es precisamente nueva: ya hace años, el periodista Mark Blaisse y el mercenario Simon Mann denunciaron la vinculación entre este partido y el opositor ecuatoguineano. En esta historia de relaciones sórdidas, que ahora vuelven a la actualidad, tampoco hay que olvidar que el ejecutivo de José María Aznar fue el único en todo el mundo que reconoció oficialmente al llamado “Gobierno en el exilio” de Severo Moto.
En medio del llamado “escándalo Bárcenas”, que ocupa, desde hace semanas, buena parte de las cabeceras de los periódicos españoles, ha surgido la figura de un nombre bien conocido para los ecuatoguineanos: el de Severo Moto.
Su nombre ha vuelto a saltar a la actualidad de la prensa española durante las investigaciones de los documentos entregados por el antiguo tesorero del Partido Popular español (PP), Luis Bárcenas. Según estos archivos, y siempre según lo publicado por la prensa española, Moto habría recibido continua financiación en dinero negro para realizar sus campañas políticas, y hasta se habría beneficiado de un sueldo continuado, por parte del PP, también en dinero B.
Pero ¿qué campañas políticas eran éstas? Severo Moto lleva años sin presentarse oficialmente a ninguna campaña política en Guinea Ecuatorial. Lo que sí ha quedado demostrado por los investigadores es que se ha dedicado a otras actividades, algo menos legales.
La vinculación entre Severo Moto y el PP español no es nueva. El periodista holandés Mark Blaisse, en su libro “Rico, traicionado y olvidado” -un riguroso análisis sobre el intento de golpe de estado de Simon Mann, para lo cual contó con la declaración directa de los principales participantes- ya dejó muy clara esta ambiciosa relación.
En su texto, Blaisse relató detalladamente el plan trazado en el año 2003 por el empresario británico-libanés afincado en Londres, Ely Calil, para derrocar al legítimo Presidente ecuatoguineano, S. E. Obiang Nguema Mbasogo, y sustituirlo por Severo Moto. Evidentemente, y como subrayó el autor, las principales razones para sustituir a Obiang por Moto no eran ni políticas, ni de amistad; la realidad es que Moto se convertiría, para Ely Calil, en el perfecto hombre de paja: una auténtica marioneta a la que manejar a su gusto para apoderarse sin problemas de la enorme riqueza del petróleo ecuatoguineano.
Pero Blaisse también denunció, como autores e implicados en el intento de golpe de estado, a otras personalidades europeas; entre ellas, el empresario español, Antonio Sánchez, a quien el periodista holandés identificó claramente como el representante en la trama del entonces presidente español José María Aznar, perteneciente, por supuesto, al gobernante Partido Popular. Para Aznar, igual que para Calil, posiblemente Severo Moto suponía la oportunidad de poder manejar las riquezas del petróleo ecuatoguineano.
Todas estas afirmaciones fueron igualmente suscritas por Simon Mann a lo largo del juicio que se celebró en Malabo, después de que este intento de golpe de estado fuera descubierto y abortado.
Desde la distancia y la objetividad que dan los años, tampoco resulta ahora extraño dar crédito a esta relación PP-Moto si se tiene en cuenta que, por aquel entonces, y tal y como también se recuerda en “Rico, traicionado y olvidado”, el Gobierno de la administración de Aznar era el único en todo el mundo que reconocía oficialmente al Gobierno en el exilio de Severo Moto, pese a mantener abierta la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid.
Hay otros planteamientos realizados en el libro de Blaisse, que hoy, con Severo Moto de nuevo en los titulares de los periódicos por haber sido supuestamente beneficiado de la financiación ilegal del PP, cobran una insólita actualidad. Por ejemplo, según el holandés, los costes de la operación del intento de golpe de estado se estimaron en varios millones de dólares. Esta cantidad fue financiada, según el autor, por Severo Moto y su patrocinador Ely Calil. Pero ¿de dónde sacó Severo Moto, ecuatoguineano en el exilio, sin otro oficio ni beneficio que la oposición política, la suma para invertir en tan ambicioso plan?
Y de la misma manera, en 2008, Moto fue detenido por estar involucrado en el tráfico de armas de contrabando, y el juez le condenó inicialmente a prisión incondicional. La pregunta es también imprescindible: ¿Cómo pudo Severo Moto costear tan importante operación?
Preguntas sin respuesta clara a día de hoy, sobre las que, posiblemente, quede mucha información por aparecer… Datos que, quien sabe si se irán desvelando, acaso, entre unos papeles escondidos, que nadie esperaba que se fueran a conocer jamás.