Mañana, jueves 14 de julio, está prevista la llegada a la Estación de Alsa de Xixón/Gijón de los dos brigadistas asturianos de la II Flotilla Rumbo a Gaza, Miguel Sanmiguel y Rafael Palacios.
Hoy, tras conocerse la noticia de que el ‘Gernika ya es libre para navegar por el Mediterráneo, se ha abandonado la huelga de hambre que mantenían ocho personas de Rumbo a Gaza –seis en la Embajada de Grecia en España y dos en Madrid- al haberse logrado los objetivos que se buscaban con este acto de protesta.
Asimismo, también se ha abandonado la legación diplomática española en Atenas, ocupada desde el pasado martes ante el silencio del Gobierno de España frente a la ilegal orden griega de inmovilización de los barcos de la Segunda Flotilla de la Libertad, cuyo objetivo era romper y poner fin al bloqueo ilegal israelí a la Franja de Gaza.
La mayor parte de la brigada que ha permanecido en la Embajada regresará mañana jueves. La llegada a la Terminal 2 de Barajas está prevista a las 12 horas.
Elvira Souto, una de las personas que se mantenía en huelga de hambre en Atenas, ha declarado desde la Embajada que las medidas de presión adoptadas, tanto la ocupación como la Embajada, han supuesto “un auténtico éxito”, ya que han logrado el objetivo de liberar el ‘Gernika’.
Souto señaló que es “inconcebible” que Rumbo a Gaza se haya visto obligada a adoptar medidas de presión tan contundentes “simplemente para pedir que se cumpla la ley”. “Nuestra petición era algo tan sencillo como que cumpliera el marco legal del que se han dotado las naciones para relacionarse entre ellas; es increíble que para que se cumple la ley un grupo de ciudadanos y ciudadanas tenga que ocupar una embajada o ponerse en huelga de hambre”.
A juicio de la activista de Rumbo a Gaza, lo ocurrido estos días con la Segunda Flotilla de la Libertad evidencia que la fractura entre la sociedad civil y la clase política cada vez es mayor. “A la vez que la sociedad civil se ha volcado como nunca para romper el bloqueo, los gobiernos de la Unión Europea se mostraban más rígidos que nunca para impedir que esta acción se llevara a cabo”.
Una de las grandes virtudes de la campaña, a juicio de Souto, ha sido poner en evidencia las complicidades de los gobiernos occidentales “con las políticas delictivas” del Estado de Israel”: “Creo que es la primera vez que se evidencia de una forma tan clara, incluso para gente desinformada o que no está al tanto de la situación exacta de Palestina”.
“La gran pregunta que se ha desatado en esta campaña es: ¿qué esconden los gobiernos de Europa; qué deben a Israel para someterse de esta forma a sus dictados?”, se interrogó