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Cristina G. Pedraz/DICYT
En España, uno de los principales productores de tabaco de la Unión Europea, cerca del 85 por ciento de la producción se concentra en Extremadura. En este cultivo, un proceso clave es el curado, es decir, el secado de la hoja de tabaco para que se conserve, pueda manufacturarse y sea adecuada para fumarla. Tradicionalmente, cada agricultor ha dispuesto de sus secaderos y ha realizado el proceso de acuerdo a su experiencia, una tendencia que está cambiando en la actualidad. “Ahora se trata de centralizar el secado del tabaco para que sea controlado por personas más cualificadas y poder homogeneizar el resultado”, explica a DiCYT Víctor Martínez, un ingeniero de Telecomunicación de la Universidad de Valladolid que ha sido galardonado con el premio ¿Investigamos? del centro tecnológico Itagra por un innovador proyecto para el control del curado.
Como detalla, la investigación tiene su origen en marzo del pasado año con la elaboración de su proyecto fin de carrera. El trabajo, tutorizado por el profesor Jaime Gómez Gil, surge de la colaboración de éste con otros docentes de Ingenierías Agrarias del Campus de Palencia. “Surgió la posibilidad de hacer el proyecto sobre una aplicación para el control de secado del tabaco y, aunque el proyecto se presentó en septiembre, hemos seguido trabajando hasta ahora”, señala.
El trabajo se lleva a cabo con un grupo de cooperativas de Cáceres quienes, a su vez, colaboran en un proyecto a gran escala para mejorar su producción. “Entre los aspectos que desea mejorar está el secado. En estos momentos existe una tendencia a centralizar todo lo que es el secado y en ese marco surge la posibilidad de preparar sistemas de control para automatizar más el proceso”, precisa el ingeniero.
Actualmente estos secaderos están equipados con un controlador que, en base a datos de temperatura y humedad, “maneja un ventilador que hace circular el aire y un intercambiador para calentarlo”. El objetivo del proyecto es dar un paso más y ofrecer más funcionalidades. “El sistema que estamos desarrollando permitiría, con un solo controlador, controlar más secaderos, lo que rebaja los costes, y también registrar más parámetros como la presión del aire o el caudal de agua. Ahora los sistemas son cerrados y el que proponemos es más configurable, puede servir para diferentes casos”, indica.
Monitorización del consumo energético
Otra de las innovaciones que incluye el sistema radica en la posibilidad de monitorizar el consumo energético del secadero, algo importante no sólo para la realización de auditorías energéticas, también para la supervivencia de las propias cooperativas. “Con todo lo que está pasando alrededor del tabaco solo subsistirán aquellas compañías que mejor beneficio consigan. Entonces, por un lado pretendemos mejorar la calidad y, por otro, minimizar los gastos teniendo en cuenta que una parte importante de ellos son energéticos”, subraya el investigador.
El proyecto, que continuará un año más, vivirá hasta octubre la campaña de secado. Tras las fases iniciales en las que se creó una primera versión que recolectaba los datos, hacía el control en base a unos algoritmos que se habían programado y permitía la visualización de datos de temperatura o humedad por parte del usuario, los investigadores trabajan ahora en introducir mejoras.
“Ahora que ya tenemos experiencia estamos trabajando en que el sistema sea más robusto, que los propios agricultores programen sus propios algoritmos sin que se tengan que programar propiamente, y los controles de interfaz”, asegura Víctor Martínez, quien añade que también se ha desarrollado “una base de datos para almacenar las configuraciones de secado y poder ver los históricos, y un sistema de gestión de usuarios
FOTO: una plantación de tabaco en la que las hojas de la parte baja de la planta ya han sido recolectadas y las de la parte alta ya están maduras (FOTOS: Víctor Martínez)