ASEBIR considera acertado el mantenimiento de la RHA en la cartera básica del Sistema Nacional de Salud, y apuesta por abrir un diálogo social sobre la atención a parejas de lesbianas y mujeres solteras
La Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR) considerada acertada la decisión de mantener la Reproducción Humana Asistida (RHA) entre la cartera de servicios básicos del Sistema Nacional de Salud. Esta decisión, valorada hoy en el Consejo Interterritorial de Salud, establece unos requisitos de acceso a los tratamientos de reproducción asistida.
En este sentido, ASEBIR quiere, en primer lugar, felicitar al Ministerio de Sanidad por el desarrollo de esta cartera, tras haber puesto en marcha la iniciativa a través de un grupo de expertos que han podido trabajar sin condicionamientos ideológicos de ningún tipo para alcanzar la mejor solución posible. No en vano, la nueva cartera de servicios se ha concretado atendiendo a criterios exclusivamente médicos por indicación de las sociedades científicas, con las que el Ministerio ha mantenido reuniones en todo momento.
Sin duda, uno de los puntos de mayor conflicto suscitados tras la aprobación reside en la atención a parejas de lesbianas o mujeres solas. Un asunto que ha generado polémica entre organizaciones de homosexuales, de salud y de partidos políticos, al considerar que la medida restringe el acceso a los tratamientos de fertilidad a lesbianas y mujeres sin pareja, a través de la Cartera Básica Común del Sistema Nacional de Salud.
Sobre esta base, ASEBIR considera necesario valorar las posiciones mostradas por estos colectivos, y cree que es oportuno abrir un debate para valorar su inclusión en futuras revisiones de la cartera básica del SNS. No obstante, cabe señalar que el actual texto evaluado con el Consejo permite que cada Comunidad Autónoma pueda determinar, en su territorio, las condiciones y requisitos de acceso a la RHA para dotar este tipo de asistencia.
En este contexto, ASEBIR quiere resaltar la importancia de un texto que, aunque tenga algunas omisiones y aspectos debatibles, supone un gran avance frente a la situación anterior. Incluye expresamente técnicas de reproducción humana asistida que hasta ahora no eran mencionadas en el texto del año 2006, y que daba lugar a un acceso dispar según la comunidad autónoma como por ejemplo el lavado seminal, la donación de gametos, y el diagnóstico genético preimplantacional.
Así, y aunque haya de seguir avanzándose de forma globalizadora, conviene recordar que los beneficios al sistema, en este caso, son mucho mayores que los gastos generados. En España el impacto de la reproducción humana asistida en la natalidad supera el 3%, realizándose en el sistema público casi el 25-30% de los ciclos de RHA. La potenciación de las técnicas de reproducción humana asistida contribuye de modo decisivo a la generación y nacimiento de nuevos niños a la vez que disminuye las consecuencias negativas que sufren las mujeres o parejas en edad fértil con problemas de esterilidad.