Redacción.-El Consejo de Ministros aprobó el viernes el que seguramente sea el mayor 'atraco' organizado a las carteras de los españoles desde tiempo de los romanos y el mayor atentado contra la libertad individual y los derechos de los ciudadanos desde la dictadura. Según se desprende del texto conocido, los peatones que cometan cualquier infracción, como cruzar fuera del paso de peatones, o con el semáforo en rojo, o naranja, aunque no hayan puesto en peligro la conducción, podrán ser retenidos, identificados, obligados a permitir extracciones de sangre y de saliva y multados con 1.000 euros si han tomado dos vasos y superan el índice de alcoholemia para conductores. La medida, que parece salida directamente de los gabinetes del terror de la Stasi o la KGB, permitiría, en la práctica, perseguir a los ciudadanos por las calles como a peligrosos terroristas y, en un país al que el Gobierno ha condenado al seiscientos eurismo, arruinar la vida a millones de españoles según los ayuntamientos precisen más y más dinero. Además, ayudará a conseguir otro objetivo: que los ciudadanos aterrados circulen ordenadamente, desfilando silenciosos y con la mirada al suelo, según lo ordenen los semáforos o los silbatos de los guardias.

"La multa por conducir con tasas de alcohol superiores a las establecidas, o con presencia en el organismo de drogas pasará de 500 a 1.000 euros. Esta misma sanción administrativa tendrán los conductores de vehículos y demás usuarios de la vía, cuando estén implicados en algún accidente de tráfico o hayan cometido una infracción y se nieguen a someterse a las pruebas de detección de alcohol o presencia de drogas en el organismo.