El alemán se ve encaminado hacia la cuarta corona mundial consecutiva antes del parón veraniego
Durante mucho tiempo se habló más de su coche que de su capacidad, se vertieron más méritos al diseñador Adrian Newey que a su talento al volante, se comentaba más su buena suerte que su consistencia, pero ya nadie discute que Sebastian Vettel es uno de los grandes, de los más grandes, de los mitos de la Fórmula 1.
Sus tres títulos consecutivos han dejado a la sombra a Fernando Alonso, a Lewis Hamilton, a Kimi Raikkonen, y saben, lo tiene todo encarrilado para sumar el cuarto consecutivo e igualar el récord de los más laureados, Michael Schumacher y Juan Manuel Fangio. Y puede que su secreto sea que no repare en ello. “No me levanto cada mañana y pienso, guau, soy campeón. Vivo al día a día y solo pienso en trabajar para ser mejor y volver a ganar”, dice con esa sonrisa tan juvenil.
“Está haciendo un trabajo perfecto”, dijo recientemente Alonso de quien le ha privado de dos títulos en los tres últimos años. No se prodiga mucho el asturiano en elogios hacia el alemán, casi siempre los ha intercambiado con Lewis Hamilton. “Cuando empecé en F-1, estaba lógicamente por detrás de Fernando, de Lewis, pero las cosas han cambiado. Me he ganado el respeto de todos”. Y no, no le gusta que se afirme que con un Red Bull puede ganar cualquiera. Basta comprobar que Webber, su compañero, nunca ha sido segundo en el mundial. Vettel ha marcado la diferencia en la pista, pero reclama también su parte de mérito.
“Un coche rápido no te cae del cielo, tiene mucho trabajo detrás. Cada victoria, cada podio ha llevado mucho trabajo, y lo sé porque estaba dentro del coche”. Y no, no cree que su coche haya sido tan superior. “Alonso no ha conducido un montón de chatarra, ha disputado el título en dos de las tres temporadas hasta el final; lo perdió por unos pocos puntos, y cuando sucede algo así, no tienes un coche peor que con el que te peleas”, asegura en una entrevista a la página oficial de la F-1.
Y la historia puede repetirse este año. Le pinta bien. Domina el mundial con 34 puntos de ventaja sobre Alonso y no hay nada que haga pensar que no seguirá disfrutando de un gran coche el resto del año. Los entrenamientos del GP de Hungría han demostrado que el cambio de ruedas le ha ido bien a Red Bull (primero y segundo en las dos sesiones), incluso en las condiciones más desfavorables para el RB9 en cuanto a calor, más de 45 grados en el asfalto. Ferrari ya ha tenido, como el resto, unos días de test en pista para hacer las pruebas que su sistema de simulación (túnel del viento, CFD, simuladores...) no alcanza a desarrollar en la medida que lo hace Red Bull. Y todo sigue igual que antes. Sí, es verdad que Alonso perdió el año pasado una ventaja de 45 puntos a estas alturas, pero a base de mala suerte y, sobre todo, un coche inferior al Red Bull.
No lo dice, pero Vettel ya se imagina en el Olimpo junto a Schumacher y Fangio, y eso con solo 26 años. Eso sí, sabe que, como el coche, no le caerá del cielo. “Fernando y Kimi son los rivales. Es bueno saber que estoy en una posición de fuerza, pero no estoy pensando demasiado en el cuarto título. En dos de los tres últimos años, gané el título en la última carrera, así que me preparo para ello”.
