Sr. Director:
El pasado 26 de mayo falleció mi marido, Pedro López Molina, en la base española de Herat situada en Afganistán. Era subteniente del Ejército del Aire con destino en Ala 31 de la Base Aérea de Zaragoza y formaba parte del contingente español destinado a pacificar y a garantizar la seguridad de aquel país, asolado por la guerra y la barbarie terrorista. Pedro murió de forma súbita, a miles de kilómetros de su casa y de los suyos, dejándonos un gran vacío y el recuerdo imborrable de un buen padre de familia y de un militar comprometido con España.
El 28 de mayo se celebró su funeral en la capilla del Hospital Militar de nuestra ciudad, en el que sus familiares, compañeros y amigos compartimos unos momentos muy dolorosos y emotivos. La tristeza de aquel trance solo pudo ser aliviada por las incontables muestras de cariño que recibimos de todos los que conocieron y trataron a Pedro, tanto en lo personal como en lo profesional.
Aprovecho estas líneas para agradecer a SS.MM. los Reyes de España, así como a Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias sus palabras de consuelo en esos momentos tan difíciles. También agradecer a los mandos militares que nos brindaron su ayuda y apoyo y sus palabras de condolencia. El dolor y la conmoción que vivimos entonces nos impidieron agradecer, a todos y cado uno de los que nos acompañaron en esas jornadas aciagas, su condolencia y su sincero afecto.
En nombre de la familia de Pedro, en el mío propio y en el mis hijos, quisiera, a través de estas líneas, manifestar nuestra gratitud y reconocimiento a todos los que nos brindasteis todas esas muestras de cariño, de consuelo y de ánimo que tanto nos reconfortaron y que jamás olvidaremos. Begoña Ruiz Moras