Esta cifra convierte al Principado en la comunidad autónoma con mayor porcentaje de reciclaje y acumuladores
Asturias recogió el año pasado 98.598 kilos de pilas usadas, el equivalente al 60% de las comercializadas en el Principado en 2012, frente al objetivo del 25% que fija para España el Real Decreto 106/2008 sobre pilas y acumuladores y la gestión ambiental de sus residuos. Con estas cifras, el Principado supera ampliamente los 92.356 kilos retirados en 2011 y se sitúa como la comunidad autónoma con mayor porcentaje de recogida del país.
La fundación medioambiental Ecopilas ha gestionado la recogida de 74.258 kilos a través de los 300 puntos de recogida propios que tiene repartidos por toda la comunidad autónoma y de los 3.000 pequeños contenedores situados en establecimientos que forman parte del sistema capilar implantado en su día por el Consorcio para la Gestión de los Residuos en Asturias (Cogersa).
La colaboración entre la Fundación Ecopilas, perteneciente a la plataforma medioambiental Recyclia, y el Principado comenzó hace dos años. Por este acuerdo, Ecopilas se responsabiliza de la recogida selectiva y el reciclaje de las pilas usadas, así como del despliegue de nuevos puntos para depositar estos residuos en la región. En concreto, Ecopilas ha retirado más de 229.000 kilos de pilas usadas en Asturias desde 2010.
El crecimiento alcanzado en la comunidad autónoma confirma la tendencia registrada en el ámbito nacional, en el que el total de pilas y baterías usadas retiradas por Ecopilas asciende a 3.007 toneladas, equivalentes al 36% de las puestas a la venta por los fabricantes el año pasado en toda España, frente al 34% registrado en 2011.
Durante la rueda de prensa ofrecida esta mañana en Oviedo por la directora general de Sostenibilidad y Cambio Climático, Paz Orviz, y el director de la Fundación Ecopilas, José Pérez, para hacer balance del reciclaje de pilas durante el año 2012, la directora ha destacado la relevancia del ‘principio de responsabilidad ampliada del productor’, que consiste en que los fabricantes contribuyen económicamente a la gestión los residuos en los que se convierten sus productos tras el uso.
También ha animado a mantener este nivel de exigencia y redoblar esfuerzos en la separación en origen de los desechos que pueden ser reciclados o que por sus características concretas, como es el caso de las pilas, exigen un tratamiento ambiental específico.