Mediante una operación empezada la semana pasada, producto de información de inteligencia internacional-panameña, el jueves 11 de julio pudo verse la situación y ayer se procedió con acetileno a abrir uno de los contendores, en donde estuvieron presentes el presidente de la República, Ricardo Martinelli y el ministro Mulino.

La diligencia de allanamiento la hizo el fiscal de Drogas, Javier Caravallo en el área donde se estacionan los barcos antes de empezar el tránsito por el Canal, pero se enfrentó con una actitud hostil por parte del capitán y la tripulación del buque.

El Ministro indicó que el Servicio Nacional Aeronaval con la coordinación del Consejo de Seguridad abordó la embarcación con 35 efectivos de acciones especiales para controlar y evitar posible fuga.

Con la orden del fiscal Caravallo el buque fue remontado y escoltado al puerto de Manzanillo por razones de seguridad, porque “no se puede hacer una inspección fuera de puerto por el desbalance de carga que pudiera producir un hundimiento”, explicó.

Los 35 tripulantes de la embarcación fueron puestos a órdenes de la Fiscalía de Drogas en la base naval de Sherman.

“A bordo de esa nave hay 250 mil quintales de azúcar morena procedente de Cuba, que en principio fue la carga reportada, pero dada la especial característica, más la información que se tenía, se inspeccionó y procedió a bajar la carga manualmente hasta dar con los primeros dos contenedores, ubicados en una de las bodegas.

A eso de las 6:30 p.m. se abrió un contenedor con acetileno y se encontró material bélico como armamento o equipo complementario que aún no se ha determinado qué es y si hay otros en las otras bodegas. “Esto tomará sus días, porque prácticamente hay que sacar al hombro estos quintales de azúcar”.

Se informó que el buque hace un poco más de un mes había transportado por el Canal de Panamá láminas de acero y ahora vino  de La Habana con azúcar identificada como cosecha 2012-2013.

“Pedí autorización al Presidente para llamar al embajador de Panamá en Naciones Unidas, Pablo Thalassinos, por una eventual repercusión en ese foro, ya que está visto y regulado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el propósito es que esté al tanto de lo que se haga en desarrollo ante esta instancia internacional”, señaló Mulino.

Es un caso sui géneris, agregó, por el cúmulo de características que rodean el embarque en La Habana, pero “como país mostramos con hecho nuestra posición vertical para combatir el crimen organizado y en este caso, el acatar las normas y resoluciones de organismos internacionales”.